Es normal, cualquier arranque es complicado. Sin embargo, ya se cuentan varios errores -en varios renglones- del gobierno lopezobradorista. El más reciente, y bien resuelto por el propio Presidentefue la reducción del presupuesto a las universidades públicas del país. Lo que queda por responder es ¿de quién fue semejante error?
Además de contradictorio, era difícil de entender que la Cuarta Transformación comenzará golpeando a los jóvenes universitarios, uno de los sectores que más votos le dio a Andrés Manuel López Obrador el pasado 1 de julio. Hubiera sido desastroso que el nuevo régimen, como el propio Presidente describe, iniciara con los estudiantes protestando en las calles.
Resulta difícil de creer que el propio Andrés Manuel no estuviera enterado de la reducción presupuestal a las universidades cuando la instrucción que dio a sus diputados fue que el presupuesto salía como lo envió, tal cual, sin moverle un ápice, me canso, ganso. Y si realmente no lo sabía sería más preocupante, porque solo habría dos explicaciones: no se fijó en el presupuesto para las universidades, o, nadie se lo informó. No sé cuál de las dos me preocupa más. ¿Cuántos “errores” más estarán escondidos entre el mar de cifras que contiene el Presupuesto de Egresos o la Ley de Ingresos del Gobierno Federal de los que no nos hemos dado cuanta?
Éste y otros detalles provocaron que la Cámara de Diputados se convirtiera en un circo, algo que no debería asustar a nadie. No es la primera vez, ni será a última. La democracia se nutre de la diversidad de ideas y opiniones. El problema es que nos han dicho muchas veces que Morena no es igual a los demás partidos y que este es un régimen distinto. Sin embargo, el mayoriteo baladrón y cínico de los morenistas y sus compinches los hace exactamente iguales a los de antes, aunque no se quieran dar cuenta.
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