El oficial de la Guardia Costera de Estados Unidos, Todd Bagetis, narró hoy en Nueva York la inédita captura en septiembre de 2008 de un sumergible con casi seis toneladas de cocaína frente a las costas de Centroamérica.
Durante su testimonio en el juicio contra el narcotraficante mexicano Joaquín “El Chapo” Guzmán en Nueva York, Bagetis señaló que en una ronda de patrullaje de rutina en el Océano Pacífico, su tripulación detectó visualmente un semisumergible a 350 millas náuticas del puerto de San José, en Guatemala.
Agente con experiencia en más de un centenar de decomisos, Bagetis declaró que en sus encuentros previos con semisumergibles, la tripulación “en nueve de cada 10 casos” prefiere hundir estas naves a que se capture su contenido.
Estas naves se hunden en unos cinco minutos, y la tripulación sale a bordo para ser rescatada. El protocolo en estos casos, de acuerdo con Bagetis, es salvar primero a la tripulación y luego tratar de confiscar la nave, lo que resulta difícil con el rápido hundimiento.
Por ello, Bagetis narró ante el jurado de la Corte del Distrito Este de Nueva York que en este caso decidieron proceder de noche una vez que la tripulación del semisumergible estuviera previsiblemente durmiendo y no tuviera tiempo a reaccionar.
En el 90 por ciento de los casos, la tripulación logra hundir los semisumergibles antes de ser confiscados por las autoridades, precisó Bagetis. Cuando son afortunados, los agentes logran decomisos de solo dos bultos de cocaína, cada uno con unos 25 paquetes de un kilogramo.
Esa noche de otoño de 2008, con ayuda de radares, radios, visores de visión nocturna, dispositivos que detectan el calor y cámaras de video, a bordo de una lancha de hule los agentes abordaron el semisumergible.
Tras darse cuenta del abordaje, la tripulación activó el sistema de propulsión del semisumergible, lo que casi derriba a los agentes, que debieron de sujetarse al escape y al ducto de aire de la nave para salvar la vida en medio de la alta marea del Pacífico.
Ese era el primer abordaje exitoso realizado jamás por agentes estadunidenses a un sumergible, luego de lo cual desarrollaron protocolos para realizar estos procedimientos, reveló Bagetis.
La tripulación del semisumergible, cuatro individuos en total, reaccionó con enojo al abordaje. Debido a que la nave no tenía bandera ni documentos, los agentes estadunidenses pudieron realizar el arresto y confiscar la mercancía sin esperar permisos de otro país.
En general, Bagetis señaló que estas naves están “muy bien diseñadas” y que no pueden ser detectadas simplemente con un radar. Asimismo, la cocaína estaba empacada de manera que fuera inmune al agua o la humedad.
Con los tripulantes detenidos, así como con el semisumergible, las casi seis toneladas de cocaína y numerosos equipos electrónicos confiscados, Bagetis y sus agentes se dirigieron a entregarlos a una agente de la Administración para el Control de Drogas (DEA) en Costa Rica.
De acuerdo con el previo testimonio en Nueva York de Juan Carlos “Chupeta” Ramírez, ex líder del Cártel del Norte del Valle, esta organización comenzó a utilizar semisumergibles desde 2005 para enviar cocaína de Colombia a México.
Ramírez reconoció ante la corte que él fue quien inventó el método de enviar cocaína a Estados Unidos mediante sumergibles o “submarinos”, que son en realidad lanchas adaptadas para avanzar por debajo de la superficie del agua.
Confesó que a partir de 2005 realizó entre ocho y 10 envíos de entre cuatro y cinco toneladas de cocaína mediante este método de transporte, dirigidos a las costas del Océano Pacífico en México para que, desde ahí, fuera exportada la droga a Estados Unidos.