La 4T perdió dos batallas
El 17 de octubre, en Culiacán, AMLO perdió dos batallas: la bélica y la mediática
Alejandro Cacho octubre 31, 2019
El gobierno de Andrés Manuel López Obrador combate con más fiereza a los medios de comunicación que a la delincuencia organizada. La conferencia de prensa de ayer en Palacio Nacional y las violentas críticas del Presidente al trabajo de la prensa por su cobertura en Culiacán son la prueba más reciente.
No le demos vueltas. El 17 de octubre, el narco dobló a la 4T. A pesar de la buena disposición para dar a conocer detalladamente lo ocurrido en Culiacán, persisten muchas preguntas sin respuesta.
Con un discurso plagado de conceptos ideológicos y con algunas contradicciones, Alfonso Durazo, secretario de seguridad y protección ciudadana, intentó justificar el fracaso del “operativo precipitado” para capturar a Ovidio Guzmán López. Comenzó su intervención criticando a los medios de comunicación. Afirmó que nunca el actual gobierno había sido objeto de tan dura crítica y que “un tropiezo táctico no invalida la estrategia de seguridad”.
Durazo no explicó con claridad por qué mintió, varias veces, en los primeros informes de lo que ocurría en Culiacán. Él dijo que durante un recorrido de rutina, una patrulla militar fue atacada desde una casa donde se encontraba Ovidio Guzmán con sus secuaces. Mintió y no ha explicado por qué. También se dijo que Ovidio Guzmán fue localizado, por casualidad, cuando comía en un restaurante de mariscos. Falso también.
Durazo dijo en la conferencia de ayer que lo ocurrido en Culiacán “pudo haberse convertido en un episodio de guerra y derramamiento de sangre inocente”. ¿Acaso nadie le informó que durante muchas horas la gente no pudo regresar a sus casas por las balaceras, o salir a la calle sin riesgo de perder la vida, y que sí se derramó la sangre de gente inocente?
Alguien debería explicarle a Durazo que cuando se pone a una ciudad bajo fuego, circulan vehículos blindados y gente con armas de altísimo calibre, se secuestra y amenaza de muerte a inocentes, que cuando civiles mueren en el fuego cruzado entre delincuentes y autoridades, se suspenden clases, se pide a la población no salir a la calle, se cierran negocios, se suspende el transporte público, se bloquean avenidas y carreteras, se amenaza con extender la violencia a otros estados y se pone contra la pared al gobierno, eso es un episodio de guerra, señor secretario.
“Decidimos no continuar con la idea conservadora de la guerra contra el narco”, dijo Durazo. ¿Acaso diseñar y ejecutar un operativo para capturar a un capo y extraditarlo a Estados Unidos no es parte de la guerra contra el narco?
Las mentiras, omisiones y titubeos de Alfonso Durazo provocaron graves vacíos de información que se convirtieron en las criticas que tanto molestaron a López Obrador. Al Presidente le enfurecieron los cuestionamientos de la prensa. “Se nos lanzaron con todo”, dijo. Y se quejó de que con tono acusatorio se puso a su gobierno en el banquillo de los acusados. Tal vez no se ha dado cuenta de que el 17 de octubre, en Culiacán, perdió dos batallas: la bélica y la mediática.
POR ALEJANDRO CACHO
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