Se mostró intolerante, autoritario, desinformado, enojado y ajeno
El exabrupto que tuvo el presidente López Obrador en su conferencia del lunes lo expuso de cuerpo entero y sin filtros. A él y a su equipo más cercano. Lo mostró intolerante, autoritario, desinformado, enojado, ajeno. Junto con su equipo, descoordinados y mal comunicados. Su rechazo al acuerdo entre el Consejo Mexicano de Negocios y el Banco Interamericano de Desarrollo no tiene explicación razonable. Se trata de otorgar créditos por 12 mil millones de dólares a 30 mil empresas pequeñas y medianas que podrían quebrar por la crisis. El secretario de Hacienda conoció del acuerdo y lo avaló. La secretaria de Economía le dio la bienvenida y el canciller felicitó al BID y al CMN.
De ese dinero no hay un solo centavo público, todo es privado. No es deuda del gobierno, ni asumirá un solo compromiso con nadie. Además, le están haciendo un favor, porque atenderán a empresas que no tiene contemplado ayudar la 4T.
“No me gusta nada el modito de que se pongan de acuerdo y quieran imponernos sus planes. Entonces, ¿cómo es que se hace un acuerdo y que ahora Hacienda lo avale? ¡Y qué! ¿Nosotros estamos aquí de florero, de adorno? Yo nada más veo, ¡imagínense que el Presidente se entera de que ya hubo un arreglo y que nada más vas a pedirle que Hacienda lo avale! o cuando dijeron que el gobierno se adhiera a nuestro plan económico. ¡Cómo! Es mucha la prepotencia”, afirmó López Obrador.
No hay más de dos explicaciones: no le informaron —o no le informaron suficientemente— o no entendió nada. Cualquiera de las dos son preocupantes.
Algunos creímos que tras el resbalón del Presidente, en algún momento del lunes su equipo le aclararía el asunto y le daría toda la información. Los más ilusos creyeron que rectificaría en la conferencia del martes. ¡Pero no, al contrario! Desdeñó y dudó de la agilidad y rapidez del otorgamiento de créditos en el sistema neoliberal. “Ya van a ver cuando se den, si es que -ojalá y suceda eh, ojalá que yo esté equivocado- los trámites que les van a solicitar la banca comercial a los empresarios y cuánto les van a prestar”.
Parece que AMLO ve la iniciativa de los empresarios y el BID como una competencia a sus programas. El gobierno destinará 75 mil millones de pesos en préstamos a 3 millones de micro empresarios inscritos en sus programas. Son 25 mil pesos a cada uno. En cambio, el acuerdo del BID y la iniciativa privada pondrá 300 mil millones de pesos disponibles para evitar que 30 mil empresas simplemente se mueran. La pregunta que queda en el aire es ¿por qué competir cuando lo que necesitamos es sumar esfuerzos?
BON APPÉTIT: Horacio Duarte, hombre de confianza de AMLO, será el administrador general de Aduanas. Lo que no informó es por qué la 4T no ha “podido limpiar” las aduanas.
POR ALEJANDRO CACHO