A un vendedor de tamales, por ejemplo, el municipio de la ciudad de Oaxaca le cobra una cuota de 12 mil pesos anuales
Alejandro Cacho febrero 12, 2020
El gobierno municipal de Oaxaca cobra derecho de piso. Sí, así como lo lee. Es uno más de los muchos gobiernos locales que ganó Morena en el tsunami lopezobradorista de 2018 y que le están costando demasiado caro.
En Morena comienza la preocupación de cara a las elecciones intermedias del próximo año. Sólo algunos reconocen que no postularon a los mejores candidatos. En el mejor de los casos, Morena abandera gobiernos municipales encabezados por funcionarios inexpertos e ignorantes. En muchos otros, la corrupción no ha desaparecido.
Las encuestas coinciden en que la aprobación del presidente López Obrador sigue muy alta, pero esos positivos no se trasladan a Morena ni a los gobiernos locales que dirige.
Gobiernos municipales como el de la ciudad de Oaxaca, encabezado por Oswaldo García Jarquín, son hoy un lastre para Morena. Hace unos días declaró a la televisión local que está descartado limpiar de ambulantes el centro histórico de la Verde Antequera. Agregó que los vendedores de artesanías, comida, recuerdos, globos, boleros, músicos, etcétera, dan vida y color a la ciudad y representan uno de sus atractivos turísticos.
Cierto. Lo que no dijo García Jarquín fue que todos esos ambulantes representan un gran negocio. El pasado fin de semana estuve por allá y platiqué con varios de ellos.
Resulta que a un vendedor de tamales, esquites o artesanías les cobra el municipio una cuota de 12 mil pesos anuales para dejarlos trabajar. Los diversos músicos que ofrecen sus canciones a los turistas en el zócalo tienen que pagar entre 6 y 12 mil pesos. Los boleros tampoco se salvan, aunque ninguno quiso decirme cuánto paga.
Lo que todos esos comerciantes pagan es una multa. En el municipio de Oaxaca no hay permisos para el comercio ambulante, pero tampoco está prohibido. Entonces, ¿por qué la multa?
Pero no son los únicos. Los negocios establecidos también pagan por todo. Si pintan las fachadas, pagan. Si arreglan algún desperfecto dentro del local, pagan. Si colocan adornos según la temporada, pagan. Si agregan mesas a su negocio, también pagan. Para ellos, la cuota varía entre 60 y 80 mil pesos anuales, según lo que me dijeron.
Sólo en el Zócalo de Oaxaca hay más de 400 vendedores ambulantes, controlados por 4 líderes, más todos los comercios establecidos. Nadie sabe a dónde va a parar todo ese dinero. Es un derecho de piso ilegal que cobra el presidente municipal Oswaldo García Jarquín a los oaxaqueños más pobres y que viven al día. “Yo tengo 14 años trabajando aquí y nunca había pagado. Y yo voté por Morena. Nos fuimos con la finta”, me dijo uno de ellos.
***
BON APPÉTIT
Luego de seis meses, la 4T reconoce que hay desabasto de medicamentos, pero sigue sin aceptar su responsabilidad. Tal vez haya culpables ajenos al gobierno de López Obrador, pero el responsable es el gobierno. No hay más.
Te puede interesar
POR ALEJANDRO CACHO
CACHOPERIODISTA@GMAIL.COM
@CACHOPERIODISTA