Seamos claros, nadie puede vender o rifar algo que no le pertenece. El gobierno de México no es dueño del avión
Alejandro Cacho enero 29, 2020
La desesperación por vender el avión presidencial se está apoderando de la 4T. Y como siempre ocurre en esos casos, la desesperación los está obligando a hacer lo que sea. El Presidente y sus aplaudidores están dispuestos a hacer un ridículo para escapar de otro ridículo, por el fracaso en la venta del bendito avión.
Lo peor es que muchos millones de mexicanos se creen el cuento de que podrían ganarse la rifa. “Ya me vi, ya me vi”, sueñan. Otros millones más no cesan de mofarse de semejante ocurrencia. Ante todo esto, me siento en la obligación de reventar la burbuja a aquellos que, ilusionados, ya están ahorrando para comprar todos los cachitos que puedan.
Seamos claros, nadie puede vender o rifar algo que no le pertenece. El gobierno de México no es dueño del avión. Le pertenece a la financiera de la empresa Boeing, quien lo fabricó y vendió.
Lo primero que hay que lograr es una de dos cosas: liquidar totalmente el arrendamiento o conseguir la autorización de la financiera para vender o rifar la aeronave. Está claro que el gobierno mexicano no lo liquidará con recursos propios para poder hacer con él como le dé la gana. Entonces, ¿cómo podrá disponer del avión para rifarlo?
Si el plan es que con la rifa conseguirá el dinero para liquidar el arrendamiento, ¿quién garantiza que se venderán todos los 6 millones de boletos? Actualmente, la Lotería Nacional vende alrededor de 60 por ciento de los boletos de sus sorteos. Si no se venden todos los boletos y alguien se gana el avión, el gobierno de López Obrador se metería en tremendo lío. Primero, porque habrá rifado algo que no le pertenece. Segundo, porque si no se venden todos los cachitos y hay un ganador, estaría obligado a entregar el premio y a liquidar la deuda. O sea, gastaría mucho más de lo que piensa “recuperar”.
El Presidente y sus aplaudidores han dicho que con la venta o rifa del avión se recuperaría el dinero gastado por los anteriores gobiernos. Algunos ignorantes al extremo han tenido la osadía de hablar de ganancias por la venta del avión. Falso de toda falsedad. En el mejor de los casos, el gobierno sólo vería pasar el dinero, liquidaría el arrendamiento y se desharía de la deuda. No quedaría nada para cumplir todas las promesas que hizo AMLO.
Eso sin contar que el ganador no podrá usar el avión, ni venderlo cuando quiera y menos al precio que quiera. Además, tendrá que pagar el Impuesto Sobre la Renta (alrededor de 750 millones de pesos), más el 6 por ciento del impuesto que cobra el gobierno de la Ciudad de México a todo aquel ganador de loterías, sorteos, rifas, concursos y juegos con apuestas. Afortunadamente, Claudia Sheinbaum ya dijo que si el ganador es chilango, le perdonará el impuesto, es decir, 150 millones. Es tanta la desesperación por venderlo, que Mario Delgado pedirá a los diputados de Morena que cooperen vendiendo boletos para el sorteo del próximo 5 de mayo. Y si nadie se lo gana, la ley dice que el premio -o sea, el avión- deberá acumularse a la bolsa del siguiente sorteo. ¡De risa loca!
POR ALEJANDRO CACHO
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