El exPresidente Felipe Calderón se quedó muy corto. Su carta de respuesta al veredicto de culpable contra Genaro García Luna no contesta ninguna de las preguntas más elementales sobre el tema. Parece que no dimensiona que es un golpe directo y contundente al eje central de su gobierno.
Por conveniencia propia, Felipe Calderón debería ser el primer interesado en esclarecer y no dejar dudas de su papel durante los seis años que García Luna fue su más cercano colaborador.
¿Nunca nadie le dijo que su hombre de mayor confianza tenía pactos con narcotraficantes? ¿Nadie le sembró la sospecha sobre las actividades de García Luna? ¿Nunca nadie notó su súbito enriquecimiento? ¿Nunca dudó de él? ¿Por qué lo nombró Secretario de Seguridad Pública? ¿Conocía sus antecedentes? ¿Por qué le dio tanto poder, aún por encima de los secretarios de Defensa y Marina? ¿Por qué sostuvo en el cargo a García Luna cuando se supo que sus más cercanos colaboradores no pasaban los exámenes de confianza? ¿Por qué no lo cesó luego del montaje del caso Cassez-Vallarta? ¿Fallaron los sistemas de inteligencia de la Sedena, Marina y Cisen para advertirle que su hombre de mayor confianza tenía actividades sospechosas?
Resultar difícil pensar que no supo, nunca, absolutamente nada. No hay más, Felipe Calderón fue inepto, omiso o complice de Genaro García Luna.
Me parece que aún no hemos sopesado a conciencia los alcances del caso García Luna. Es la primera vez que Estados Unidos enjuicia y declara culpable a un exfuncionario de tan alto nivel. No se trata de un exalcalde, un exprocurador, un exlegislador o un exgobernador. Estados Unidos investigó, capturó, encarceló, enjuicio y declaró culpable al máximo responsable de la seguridad durante el sexenio de Calderón. No México. Arriba de él solo queda el propio exPresidente.
El mensaje es claro: cualquiera puede ser llevado ante la justicia estadounidense sin importar qué cargo haya tenido ni cuándo. ¿Será que en el futuro pudiera enjuiciar al propio López Obrador por liberar a Ovidio Guzmán, quien era buscado por Estados Unidos? ¿Podrían acusarlo de colaborar con el Cartel de Sinaloa? ¿Usarían como evidencia los encuentros de López Obrador con la madre de “El Chapo” Guzmán?
López Obrador se equivoca. Intenta hacer ver la sentencia a García Luna como un triunfo suyo cuando en realidad es una vergüenza para su gobierno. Durante años lo acusó verbalmente, pero fue incapaz de perseguirlo, capturarlo y enjuiciarlo. Lo hizo Estados Unidos.
López Obrador presume que se acabó la impunidad, pero los hechos no lo avalan. Asegura que lucha contra la corrupción, pero no la persigue ni la castiga.
Asegura que el juicio a García Luna no es un juicio a México. Miente o no se da cuenta. Claro que lo es. El ambiente en la Corte de Brooklyn, para algunos legisladores, funcionarios de seguridad, para los medios y buena parte de la sociedad estadounidense, México está dominado por el narco. Los mexicanos estamos estigmatizados como lo estuvieron los colombianos en los 80’s. Eso, señor Presidente, es un juicio y una sentencia.
POR ALEJANDRO CACHO
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