Las recientes redadas migratorias han generado una ola de reacciones en todo el país, provocando fuertes declaraciones por parte de gobernadores de diversos estados, tanto en apoyo como en rechazo a las medidas implementadas.

El gobernador de Texas, Greg Abbott, reiteró su respaldo a las redadas, calificándolas como “necesarias para garantizar la seguridad fronteriza y restaurar el orden legal”. En una rueda de prensa en Austin, Abbott declaró:

“Texas ha soportado el peso de una política migratoria federal fallida. Estas redadas son un paso firme para proteger a nuestras comunidades”.

En contraste, la gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, se mostró profundamente preocupada, señalando que estas acciones “ponen en riesgo la confianza entre las comunidades inmigrantes y las autoridades”. Añadió que su administración brindará apoyo legal a los migrantes detenidos.

“No permitiremos que el miedo paralice a nuestras familias. Nueva York seguirá siendo un refugio seguro”, aseguró.

Desde la costa oeste, el alcalde de Los Ángeles, Karen Bass, también criticó las redadas, calificándolas como “inhumanas e injustas”, subrayando el impacto emocional en niños y trabajadores esenciales.

“No se puede construir una nación fuerte dividiendo familias”, afirmó.

Por su parte, el alcalde de Seattle, Bruce Harrell, se pronunció en términos similares, denunciando la falta de transparencia en los operativos y reafirmando el compromiso de la ciudad con el estatus de “ciudad santuario”.

“Nuestra responsabilidad es con la dignidad humana y los derechos civiles de todos, sin importar su estatus migratorio”.

En contraste con las críticas, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, en una rueda de prensa celebrada el 10 de junio, DeSantis criticó duramente las protestas en otras ciudades como Los Ángeles, donde manifestantes ondearon banderas mexicanas y quemaron banderas estadounidenses:

“Eso no es protesta. Es vandalismo, es anarquía. Es una traición al país”, dijo el gobernador, refiriéndose a los actos en rechazo a las redadas del ICE.

Además, ofreció enviar efectivos de la Guardia Estatal de Florida a California para apoyar en labores de orden público, propuesta que fue rechazada por el gobernador Gavin Newsom, quien la calificó de “provocación política”.

El mandatario floridano también advirtió sobre próximas movilizaciones bajo el lema “No Kings” que se esperan en su propio estado el 14 de junio, afirmando que no tolerará bloqueos de vías ni actos violentos:

“Si alguien quiere hacer desmanes o bloquear calles, se van a topar con consecuencias. En Florida, la ley se respeta”.