
PRI EXIGE AL ESTADO GARANTIZAR ACCESO DIGITAL A ADULTOS MAYORES: LA DESCONEXIÓN TAMBIÉN ES EXCLUSIÓN
- EL senador priista Alejandro Moreno propone cerrar una brecha histórica mediante el acceso y la capacitación tecnológica como derechos reconocidos en la ley.
- La iniciativa del líder nacional del PRI se basa en datos del INEGI que revelan que solo el 47.6 % de los mayores de 55 años usa internet, frente al 95.1 % en el grupo de 18 a 24 años.
Boletín/GPPRI/No.206 /LXVI/25
Senado de la República, 15 de junio de 2025.
En respuesta a una de las desigualdades más persistentes del México actual, el senador del PRI Alejandro Moreno presentó una iniciativa para que las personas adultas mayores cuenten, por ley, con acceso a las tecnologías de la información y comunicación, así como con capacitación adecuada para su uso. El planteamiento busca que la inclusión digital deje de ser un privilegio y se convierta en un derecho efectivo para millones de personas que hoy viven marginadas de la vida digital.
Con esta reforma a la Ley de Derechos de las Personas Adultas Mayores, el legislador priista propone que el Estado mexicano no solo garantice conectividad, sino que habilite condiciones reales para que este sector pueda integrarse de forma activa, segura y autónoma a un entorno cada vez más digitalizado. La medida no se limita a brindar acceso técnico: exige también crear espacios de formación a través de Centros Comunitarios de Educación Digital, coordinados entre la Secretaría del Bienestar y las autoridades locales.
El también presidente nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI) señaló en su exposición de motivos que, aunque la Constitución reconoce el derecho de acceso a las tecnologías de la información y comunicación, dicho mandato no se ha traducido en acciones específicas para los adultos mayores. Este sector enfrenta dificultades particulares para acceder y utilizar
estas herramientas, debido a factores como la falta de infraestructura, ingresos limitados y carencia de programas de capacitación.
La iniciativa presentada por el líder nacional priista hace referencia a la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH) 2023, elaborada por el INEGI. Según esa fuente, solo el 47.6 por ciento de las personas de 55 años o más utiliza internet, mientras que en el grupo de 18 a 24 años la proporción alcanza el 95.1 por ciento. Estas cifras reflejan una brecha digital persistente que impacta directamente en el bienestar y la participación social de este grupo etario.
El documento legislativo plantea corregir ese rezago estructural y establece nuevos objetivos para la política nacional en la materia: promover el acceso y fomentar la capacitación en tecnologías de la información, desde un enfoque de derechos y con acciones específicas que incluyan diseño universal, accesibilidad digital y atención a las necesidades del envejecimiento.
Moreno, senador por Campeche, advierte que la desaparición del programa “México Conectado” dejó un vacío en materia de formación digital que hasta ahora no ha sido atendido. La empresa estatal CFE Telecomunicaciones e Internet para Todos, creada en el sexenio anterior —durante el gobierno de López Obrador—, se ha enfocado en ampliar la infraestructura para brindar conectividad, pero ha omitido los componentes educativos que resultan esenciales para cerrar la brecha con quienes nunca han tenido contacto con estas herramientas.
La propuesta del legislador priista se construye sobre estándares internacionales de derechos humanos y sobre el mandato constitucional de equidad en el acceso a servicios esenciales. Parte de una visión moderna del envejecimiento, que ve en las personas mayores no sujetos pasivos, sino ciudadanos capaces de participar y contribuir, siempre que existan las condiciones para ello.
La inclusión digital, bajo esta lógica, no es un lujo ni una meta secundaria. Es un requisito para la autonomía, la participación ciudadana y la equidad social. Con esta reforma, el PRI apuesta por un país en el que envejecer no implique quedar fuera de la conversación pública ni de los beneficios del desarrollo tecnológico.