
Cuba, 11J cuatro años después
Más hambre, más represión, menos esperanza
CDMX, México — El 11 de julio de 2021 quedó grabado en la memoria colectiva de Cuba como el día en que miles de ciudadanos rompieron el miedo y alzaron la voz. En más de 50 ciudades del país, el pueblo salió a las calles con un grito común: libertad, comida, medicamentos y dignidad.
Bajo la consigna de “¡Patria y Vida!”, jóvenes, madres, artistas, trabajadores y jubilados protagonizaron las protestas más masivas desde 1959. La respuesta del régimen fue rápida y violenta: represión, arrestos arbitrarios y juicios exprés. A cuatro años de aquella histórica jornada, más de 750 personas siguen en prisión, muchas de ellas por el simple hecho de manifestarse.




Advertencia contiene imágenes que pueden afectar la sensibilidad de algunas personas.
Lejos de mejorar, la situación en Cuba se ha agravado. Los apagones diarios de más de 18 horas, la inflación imparable y la escasez generalizada de alimentos y medicinas han deteriorado aún más la calidad de vida.
El 96 % de los hogares ha visto reducido su acceso a la alimentación, según el Food Monitor Program. El salario promedio no alcanza para cubrir lo básico, y la mayoría de las familias ha tenido que reducir sus comidas o depender de remesas.


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La movilidad interna está prácticamente colapsada. Las rutas interprovinciales desaparecieron y las pocas guaguas (bus) que circulan lo hacen de forma irregular. Muchas comunidades viven aisladas y sin servicios básicos.
Desde 2021, más de 700 mil cubanos han emigrado, en su mayoría rumbo a Estados Unidos, a sido el mayor éxodo migratorio de la isla en décadas, una estampida silenciosa que refleja desesperación y falta de futuro.
En lugar de abrir el diálogo, el gobierno ha profundizado el control social. Las detenciones arbitrarias continúan, incluso contra menores de edad. Organizaciones como Human Rights Watch y Amnistía Internacional han denunciado torturas, hostigamiento y un sistema judicial opaco.
La que alguna vez fue la joya del modelo cubano, su sistema de salud, está hoy en ruinas. Faltan médicos, medicinas, insumos y equipos. Los pacientes deben llevar desde jeringas hasta gasas si quieren atención. En muchos hospitales, incluso una fiebre se convierte en urgencia de alto riesgo.
Con permiso de Cibercuba_Oficial
A cuatro años del 11J
La llama de aquel 11 de julio sigue viva, pero también golpeada. Las condiciones que provocaron el estallido —hambre, represión, abandono— no solo persisten, sino que se han profundizado. El gobierno continúa responsabilizando al embargo estadounidense, pero ignora la corrupción interna y el fracaso de su propio modelo.
Cuatro años después, el grito de “Patria y Vida” no ha sido silenciado. Se ha transformado en un símbolo de resistencia para quienes, dentro y fuera de la isla, no renuncian al sueño de una Cuba Libre, digna y en paz.
Desde el exilio, una voz que no olvida
Yo no quise irme, pero me cansé,
quería ser libre, tener mejor vida,
como ser humano merece.
Aún extraño… allí viví mi infancia,
allí dejé a mis amigxs, mi gente, mi casa.
Dejé el asere qué bolá, la yuca, el arroz con moros,
salí con una mochila llena de sueños por cumplir.
Dejé mi escuela, mi primer amor,
las calles oscuras, los apagones,
dejé la palma real, el escudo, mi primera patria,
dejé el mar… a solo pasos de mi casa.
Hoy soy libre.
Y quiero que Cuba también lo sea.
Han pasado los años
y no me pasa un pastel por la garganta
sin pensar en los ancianos de allá.
No hay psicólogo que me cure
de este amor que duele.
Te amo, caimán.
Mi bella Cuba.