Bugatti Bolide: el primer ejemplar del hiperdeportivo solo para pista sale a la venta por un precio astronómico

Bugatti Bolide: el primer ejemplar del hiperdeportivo solo para pista sale a la venta por un precio astronómico

El Bugatti Bolide, uno de los hiperdeportivos más extremos jamás creados, vuelve a ser noticia. Aunque se trata de un modelo exclusivamente diseñado para circuito y limitado a solo 40 unidades en todo el mundo, uno de sus ejemplares —el primero fabricado— será subastado este agosto en Pebble Beach, y se espera que alcance una cifra descomunal.

Lanzado originalmente como concepto en 2020, el Bolide debutó con especificaciones de infarto: motor W16 quadriturbo con 1,600 caballos de fuerza, un peso contenido de apenas 1,450 kilos, aceleración de 0 a 100 km/h en solo 2.2 segundos y una velocidad máxima limitada electrónicamente a 379 km/h. Estas cifras lo convirtieron en un coche de leyenda que no puede circular legalmente por la vía pública.

El Bolide fue pensado como una pieza de ingeniería brutal y exclusiva. Cada unidad tuvo un precio inicial superior a los 4 millones de euros y, aún así, todas se vendieron incluso antes de su presentación oficial. Pero ahora, una segunda oportunidad ha surgido: el primer ejemplar fabricado —con carrocería azul y negra similar al prototipo original— será subastado por Gooding & Company en la Monterey Car Week (8 al 17 de agosto).

Aunque se encuentra en un estado impecable, el odómetro marca 626 kilómetros, lo cual revela que ha tenido cierto uso, probablemente en circuitos. Sus llantas monotuerca Michelin Pilot Sport Cup, los asientos integrados en la estructura del coche y la ausencia de matrícula subrayan su orientación puramente para pista.

Se estima que este Bolide alcance entre 6 y 7 millones de euros en subasta, debido a su estatus como la primera unidad producida y su relevancia histórica como una de las últimas creaciones equipadas con el mítico motor W16 de Bugatti. La marca aseguró que puede completar una vuelta en Nürburgring en 5:23,1 minutos, aunque difícilmente alguien tenga el valor (o el permiso) para comprobarlo.

Quien gane esta subasta no solo obtendrá una máquina de alto rendimiento, sino también un objeto de colección destinado a convertirse en leyenda. Resta saber si su próximo dueño lo llevará al límite en pista o lo guardará como una joya automotriz para futuras generaciones.

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