
Finanzas públicas y política
El huachicol fiscal provocó pérdidas para el gobierno federal de 170 mil millones de pesos en el 2024; esto quiere decir, que son 485 millones de pesos perdidos a diario y mientras Andrés Manuel López Obrador prometió acabar con él, hoy la presidenta Claudia Sheinbaum repite la misma mentira.
Al contrabando de combustibles bajo una fracción arancelaria distinta para evadir el pago de impuestos que aplican para gasolinas y diésel, es lo que se conoce como huachicol fiscal, un ilícito que se ha comprometido a combatir; pero que en los hechos continúa sucediendo.
El gobierno festeja el decomiso de 15 millones de litros de gasolina robada en un solo operativo; lo que equivale a prácticamente 300 mil tanques de gasolina de un auto, con Morena este delito se perfeccionó, evolucionó para ser fiscal.
Es decir, una evasión de impuesto, documentado con facturas falsas de importación. Extrañamente, aunque pase por las aduanas controladas por militares que supuestamente son incorruptibles, esta práctica sigue permitiéndose.
Cada litro que se roban, es dinero que pagamos todos, es dinero que no ingresa para hospitales, para escuelas o para carreteras. Hoy la mafia del huachicol sigue viva, sigue intacta, sigue blindada por la impunidad e innovada ahora con la importación y exportación de todo el combustible robado.
Las pérdidas por el huachicol fiscal oscilan de entre 99 mil a 165 mil millones de pesos al año; más de la mitad del presupuesto que se destina a Petróleos Mexicanos (PEMEX); de acuerdo a una estimación de Verifigas, empresa evaluadora de controles volumétricos de combustibles en el país.
En el periodo comprendido entre 2019 y 2024, el huachicol fiscal ha generado pérdidas por 554 mil 750 millones de pesos que el gobierno federal dejó de cobrar por concepto del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS).
Cifras oficiales de la Secretaría de Hacienda revelan que en 2018 entraron de manera ilegal 28.3 millones de barriles de gasolina a nuestro país; en 2020, el número se elevó a 43.8 y en 2021, ya se había duplicado respecto de 2018, con 56.2 millones de barriles.
La práctica del huachicoleo no es nueva, y es una práctica que llevan a cabo grupos de la delincuencia organizada para financiarse; sin embargo, durante los años recientes el huachicol fiscal ha crecido porque dichas organizaciones criminales aprovechan las políticas de importación, utilizan sobornos y violencia para ingresar combustible de contrabando desde los Estados Unidos a territorio nacional.
Más allá del discurso oficial, el gobierno está obligado a implementar las medidas necesarias para abatir los elevados índices de este ilícito que impacta negativamente en las finanzas públicas; porque de lo contrario, se dará la razón a quienes afirman que el gobierno está vinculado a los grupos de la delincuencia organizada.