El alimento misterioso en la dieta neandertal podrían ser gusanos

El alimento misterioso en la dieta neandertal podrían ser gusanos

Una misteriosa firma química observada en los restos de neandertales podría explicarse si consumían con frecuencia una guarnición especial: gusanos. Así lo afirma una investigación publicada hoy en Science Advances 1 hecha por científicos del Kenyon College en Gambier, Ohio. El hallazgo refuerza la imagen que están pintando los investigadores sobre cómo nuestros más antiguos parientes humanos cercanos se abastecían de alimento.

Los científicos han estado perplejos durante mucho tiempo por el hecho de que los huesos de neandertales del Pleistoceno tardío (hace 11 700–129 000 años) contienen un isótopo de nitrógeno en niveles extremos , normalmente observados en grandes carnívoros como las hienas y los lobos. Cuanta más carne come un animal, más nitrógeno-15 almacena, y quienes se encuentran en la cima de la cadena alimentaria poseen las mayores cantidades.

Pero “nuestros intestinos no son los de un carnívoro”, afirma Bruce Hardy, antropólogo, “Nuestro hígado tiene un límite para procesar las proteínas”. Por lo tanto, los niveles neandertales parecían imposiblemente altos.

Melanie Beasley, antropóloga de la Universidad de Purdue en West Lafayette, Indiana, y sus colegas se preguntaron si, en lugar de atiborrarse de carne, los neandertales elevaban sus niveles de 15 N preparando sus alimentos de alguna forma única. Beasley, autora principal del estudio, se inspiró en ejemplos históricos de grupos indígenas que consumían alimentos en descomposición, así como en los gusanos —o larvas de mosca— que se alimentaban de ellos. Piensen en la fermentación, dice. La putrefacción es similar: «Un occidental podría decir que se está pudriendo, pero en realidad es un método de almacenamiento de alimentos para descomponer la carne», añade.

Para determinar si los neandertales podrían haber seguido la misma receta, Beasley y sus colegas adquirieron muestras de tejido muscular de 34 cadáveres humanos donados que habían pasado dos años en descomposición en el Centro de Antropología Forense de la Universidad de Tennessee, Knoxville. Descubrieron que los niveles de 15 N en la carne aumentaban a medida que se descomponía, y al tomar muestras de cientos de larvas en el tejido, midieron hasta 43 partes por mil del isótopo en los gusanos, en comparación con hasta 8 partes por mil en el tejido.

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