
Crece la tensión en Frontera Comalapa: denuncian “levantones” del Cártel de Sinaloa contra presuntos simpatizantes del CJNG
Desde 2021 se libra una batalla por el control del territorio en la frontera con Guatemala
San Cristóbal de Las Casas, Chis. — La violencia no ha cesado en el municipio de Frontera Comalapa, Chiapas. De acuerdo con un reportaje publicado por La Jornada y firmado por el corresponsal Elio Henríquez, en las últimas semanas han aumentado los llamados “levantones” de personas presuntamente vinculadas al grupo civil El Maíz, señalado como brazo local del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Los responsables serían integrantes del Cártel de Sinaloa (CS), que desde hace varios meses mantiene el control en la región.
Según testimonios de pobladores que solicitaron el anonimato por temor a represalias, los retenes y hombres armados ya no son visibles como antes, pero el ambiente de inseguridad persiste. “La situación está difícil; el Cártel de Sinaloa tiene el control total y aunque parece que no se meten con todos, deciden quién trabaja en el comercio o en el transporte público”, afirmaron.
Desapariciones y asesinatos
Los testimonios señalan que en las últimas semanas al menos 25 personas han desaparecido, muchas de ellas forzadas a colaborar con El Maíz en su momento, bajo amenaza de muerte. “A muchos los obligaron a trabajar para ese grupo cuando estaba la disputa más intensa entre los cárteles”, comentaron los habitantes.
Entre los casos más recientes destaca la privación de la libertad de un hombre y sus tres hijos, así como el asesinato a balazos de un comerciante, identificado como Carlos N., dueño de varias tortillerías, atacado por dos sujetos en el centro del municipio.
Control territorial y desplazamiento
La disputa entre el CJNG y el Cártel de Sinaloa se remonta a mediados de 2021, cuando comenzó una ola de violencia que se extendió por varios municipios de la Sierra Madre y la región fronteriza de Chiapas. El conflicto ha dejado un saldo de muertos, desaparecidos, enfrentamientos armados, cobro de derecho de piso, quema de vehículos, bloqueos carreteros y desplazamientos forzados.
Aunque el actual gobierno estatal, encabezado por el morenista Eduardo Ramírez, ha logrado reducir visiblemente los retenes y bloqueos, la violencia no ha desaparecido.
Los pobladores también denuncian la pasividad de las autoridades, en particular de los Pakales, agentes de la Fuerza de Reacción Inmediata creada en esta administración. “Están ahí, pero no hacen mucho, parece que hay complicidad”, lamentaron.
Algunos habitantes han comenzado a abandonar el pueblo por temor, mientras que otros sobreviven bajo la presión del grupo dominante, que controla quién puede trabajar, comerciar o desplazarse.
La situación en Frontera Comalapa ilustra la complejidad del escenario en Chiapas, donde el poder de facto de los grupos criminales sigue imponiéndose a pesar de los esfuerzos institucionales por recuperar la seguridad en la región.