Rubén Moreira califica descarrilamiento del Tren Maya como proyecto fallido y pide comparecencia del director; también interviene sobre nombramientos diplomáticos
Ciudad de México, 20 de agosto de 2025.– El diputado federal Rubén Moreira Valdez, coordinador parlamentario del PRI, calificó el descarrilamiento del Tren Maya cerca de la terminal de Izamal como una muestra del fracaso del proyecto y solicitó la comparecencia de su director, Óscar David Lozano Águila, ante la Comisión Permanente del Congreso de la Unión.
Moreira urgió a informar sobre la viabilidad económica, el futuro del proyecto, el estado de la obra, la derrama económica, los daños al medio ambiente, los aforos y los subsidios asociados al Tren Maya. “Ups… preparémonos para una avalancha de pretextos”, escribió en sus redes sociales.
El legislador destacó que el Tren Maya costó 176% más de lo presupuestado, al pasar de 197 mil millones de pesos iniciales a 544 mil millones. Señaló que la obra genera un gasto anual 25 veces mayor a los ingresos que produce, con pérdidas diarias de 7.1 millones de pesos, y acusó falta de planificación social, ambiental y turística, además de deficiente promoción y baja afluencia.
Asimismo, criticó que especies como el jaguar, tapir y mono araña hayan sido catalogadas como fauna nociva, lo que permitió su sacrificio, y alertó sobre el uso de rellenos improvisados que podrían comprometer la seguridad y el mantenimiento del tren.
En otra intervención, Moreira participó en la discusión sobre los nombramientos de embajadores propuestos por el Ejecutivo Federal para Italia e Indonesia. Reconoció las credenciales del futuro embajador Francisco de la Torre Galindo, ex cónsul en Dallas, destacando su reputación como diplomático. Sin embargo, adelantó que el PRI votará en contra de Genaro Lozano, argumentando que no pertenece al servicio exterior mexicano, pese a su capacidad académica.


Moreira también enfatizó la necesidad de fortalecer el servicio exterior de carrera, señalando que actualmente existe un “embudo” que limita el ascenso de diplomáticos de carrera y permite que se nombren embajadores externos, y urgió a que se rompa esta práctica histórica para asegurar la eficiencia y profesionalización de la Cancillería.