
Desarrollan nueva técnica de imagenología médica, con rayos gamma y una precisión nunca antes vista
Los médicos recurren a exploraciones de medicina nuclear, como las tomografías computarizadas por emisión de fotón único (SPECT), para observar el bombeo cardíaco, monitorizar el flujo sanguíneo y detectar enfermedades ocultas en las profundidades del cuerpo. Sin embargo, los escáneres actuales dependen de detectores costosos y difíciles de fabricar.
Ahora, científicos dirigidos por la Universidad Northwestern y la Universidad Soochow en China han construido el primer detector basado en perovskita capaz de capturar rayos gamma individuales para imágenes SPECT con una precisión récord. Esta nueva herramienta podría hacer que las imágenes comunes de medicina nuclear sean más nítidas, rápidas, económicas y seguras.
“Las perovskitas son una familia de cristales conocida por transformar el campo de la energía solar”, afirmó Mercouri Kanatzidis, autor principal del estudio de Northwestern. “Ahora, están a punto de hacer lo mismo en la medicina nuclear. Esta es la primera prueba clara de que los detectores de perovskita pueden producir imágenes nítidas y fiables que los médicos necesitan para brindar la mejor atención a sus pacientes”.
La medicina nuclear, al igual que la tomografía computarizada por emisión monofotónica (SPECT), funciona como una cámara invisible. Los médicos implantan un radiotrazador diminuto, seguro y de corta duración en una parte específica del cuerpo del paciente. El trazador emite rayos gamma que atraviesan los tejidos y finalmente inciden en un detector externo al cuerpo. Cada rayo gamma es como un píxel de luz. Tras recopilar millones de estos píxeles, las computadoras pueden construir una imagen tridimensional de los órganos en funcionamiento.
En experimentos, el detector logró diferenciar rayos gamma de diferentes energías con la mejor resolución registrada hasta la fecha. También detectó señales extremadamente débiles de un radiotrazador médico (tecnecio-99m), comúnmente utilizado en la práctica clínica, y distinguió características increíblemente finas, produciendo imágenes nítidas que permitían separar diminutas fuentes radiactivas a tan solo unos milímetros de distancia.
Gracias a la mayor sensibilidad de estos nuevos detectores, los pacientes podrían requerir tiempos de escaneo más cortos o dosis de radiación más bajas.