Tráfico ilegal de animales en México: el Zoomat, refugio de sobrevivientes

Tráfico ilegal de animales en México: el Zoomat, refugio de sobrevivientes

En México, el tráfico ilegal de fauna silvestre deja un saldo devastador: por cada ejemplar que logra llegar al mercado, al menos diez mueren en el camino.

El Zoológico Miguel Álvarez del Toro (Zoomat), en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, se ha convertido en refugio de los sobrevivientes: jaguares, monos y aves que ya no pueden regresar a la vida silvestre. Este espacio, considerado Unidad de Manejo para la Conservación de Vida Silvestre (UMA), alberga a unos mil 400 animales regionales, más de la mitad víctimas del tráfico. Cada año recibe cerca de un centenar más, explicó su director general, Joe Miceli Hernández.

A diferencia de otros zoológicos, en el Zoomat no hay elefantes ni tigres de bengala; su labor es atender, rehabilitar y, en los mejores casos, reinsertar a fauna nativa. “Si no hay demanda, esto se acaba. Si evitamos el tráfico de especies, aseguramos un futuro”, dijo Miceli.

El tráfico en Chiapas tiene rostro: la guacamaya verde ya se considera extinta en la región por saqueo, y hoy los monos saraguato y araña enfrentan la misma amenaza. Tan solo en agosto pasado, la Profepa decomisó nueve monos araña bebés y ocho guacamayas en la autopista Tuxtla–San Cristóbal. Los animales eran transportados encostalados y en cajas rumbo a la Ciudad de México. Solo seis monos y seis guacamayas sobrevivieron.

“Los monos eran muy pequeños, de apenas un mes de edad, extremadamente vulnerables”, relató Elsy Angélica Cabrera, encargada de la clínica de mamíferos del zoológico. En tanto, la veterinaria especialista en aves, Elizabeth Couoh Hernández, reveló una práctica cruel de los traficantes: “Para que no griten las guacamayas, les dan alcohol”.

Chiapas concentra 14 de las 22 especies de psitácidos que habitan en México —loros, pericos y guacamayas— todas bajo alguna categoría de riesgo de la NOM-59-SEMARNAT-2010. A pesar de la prohibición legal de su comercialización y tenencia como mascotas, el contrabando continúa, impulsado principalmente por la demanda nacional.

El Zoomat, con sus 35 hectáreas de selva chiapaneca, se ha vuelto la primera barrera de contención contra la extracción ilegal de fauna en uno de los estados más golpeados por este delito.

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