Una Historia que nos Conecta

Una Historia que nos Conecta

Pugnamos por la paz y el humanismo

Por Saúl Monreal Ávila

A toda persona que se resalte como principio primordial el respeto a la dignidad humana, a los derechos inalienables de las personas y a la búsqueda de la paz entre los Estados, dentro de nuestras responsabilidades y con la premisa del respeto entre los pueblos, nos corresponde dentro del marco de la ética y los principios, reflexionar y expresar nuestra posición ante los eventos que sacuden al mundo, en este caso, a Palestina y que, con justificada preocupación, hace unos días han sido abordados también por la presidenta, la Dra. Claudia Sheinbaum Pardo.

México, como nación soberana, tiene una larga tradición de política exterior basada en la no intervención, el respeto a la autodeterminación de los pueblos y la búsqueda de soluciones pacíficas a los conflictos internacionales. En este marco, consideramos de suma importancia que nuestra voz se haga escuchar con claridad ante la comunidad internacional, con el fin de aportar a la solución, de abonar con mesura, pero con firmeza sobre lo que vemos como país.

Hoy, hay sin duda, una crisis terrible que sufre la población palestina en Gaza; esto representa una tragedia humanitaria que no puede ser ignorada. Como legislador, respaldo una postura que solicite firmemente el cese inmediato de la violencia contra la población civil, así como la apertura de corredores humanitarios que permitan proteger a quienes hoy viven bajo el temor constante de la guerra. México hoy no permanece indiferente ante la vulneración de los derechos humanos fundamentales de un pueblo entero, y es nuestra responsabilidad histórica reafirmar nuestro compromiso con la justicia y la solidaridad.

Asimismo, resulta crucial que nuestra política exterior promueva la coexistencia pacífica entre los Estados, reconociendo la legitimidad de Israel y Palestina como naciones soberanas, y defendiendo la autodeterminación de cada pueblo. La paz duradera no se logra con imposiciones ni con silencios cómplices; sólo puede alcanzarse con respeto mutuo, diálogo y cooperación internacional. Esta visión, en la que México ha trabajado de manera constante, encuentra hoy una reafirmación necesaria frente a la crisis humanitaria en Gaza.

El Senado mexicano tiene un papel fundamental en la política exterior y es por ello que consideramos que el pronunciamiento de México, reflejado en la conferencia mañanera de hace unos días por nuestra presidenta y en el mensaje que llevó el canciller, Dr. Juan Ramón de la Fuente, a la ONU, sobre la necesidad del cese al fuego y la urgencia de una salida diplomática negociada, son impostergables.

Esta postura es un paso decisivo que fortalece la posición de nuestro país en la defensa de la paz y la dignidad humana; no se trata únicamente de un tema diplomático, es un compromiso ético con la vida, la justicia y la solidaridad que debe guiar nuestra acción internacional. Es, además, un recordatorio de que respetar a todos los pueblos y Estados no significa indiferencia, sino la obligación de actuar con responsabilidad frente a la violencia y la injusticia.

Como mexicanos, en base al humanismo y a la fraternidad, debemos respaldar las iniciativas y acciones que reflejan estos principios, conscientes de que México puede y debe ser un ejemplo de coherencia en la escena internacional, la paz entre los pueblos, la protección de los inocentes y la búsqueda de soluciones justas son valores que debemos promover con firmeza y claridad.

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