Los delfines comunes del Atlántico Norte viven vidas significativamente más cortas, y la longevidad de las hembras se ha reducido siete años desde la década de 1990. Investigadores de la Universidad de Colorado en Boulder, descubrieron este declive mediante el análisis de delfines varados, revelando una caída del 2,4 % en el crecimiento poblacional, vinculada a las muertes por captura incidental y a las presiones ambientales.
Los hallazgos revelan deficiencias en los métodos tradicionales de conteo y exigen medidas de conservación adaptativas, como restricciones de pesca más inteligentes. Los investigadores descubrieron que las hembras del delfín común viven un promedio de siete años menos que en 1997. El equipo advierte que este declive amenaza no sólo a las especies sino también a los ecosistemas oceánicos que ayudan a sostener.
«Existe una necesidad urgente de gestionar mejor la población», afirmó Etienne Rouby, investigador postdoctoral del Instituto de Investigación Ártica y Alpina (INSTAAR). «De lo contrario, existe el riesgo de declive y, en última instancia, de extinción».

