Científicos del Instituto Pasteur realizaron un análisis genético de los restos de soldados que se retiraron de Rusia en 1812. Su trabajo reveló rastros de dos patógenos causantes de enfermedades —los causantes de la fiebre paratifoidea y la fiebre recurrente— que coinciden con los síntomas descritos en los registros de testigos presenciales de aquella época.
Científicos del Instituto Pasteur realizaron un análisis genético de los restos de soldados que se retiraron de Rusia en 1812. Su trabajo reveló rastros de dos patógenos causantes de enfermedades —los causantes de la fiebre paratifoidea y la fiebre recurrente— que coinciden con los síntomas descritos en los registros de testigos presenciales de aquella época.
Esta última enfermedad se transmite por piojos y produce periodos alternos de fiebre y recuperación. Aunque diferentes, ambas infecciones pueden causar fiebre alta, agotamiento y malestar digestivo. Su impacto combinado podría haber intensificado el sufrimiento de los soldados en una época en la que el frío, el hambre y las malas condiciones sanitarias ya se cobraban un alto precio.
De los 13 soldados examinados, se encontró ADN de S. enterica Paratyphi C en cuatro individuos y de B. recurrentis en dos. Esto marca la primera confirmación genética directa de la presencia de estos patógenos en el ejército de Napoleón. Su contribución exacta a la enorme cifra de muertes sigue siendo incierta, pero los hallazgos complementan investigaciones previas que identificaron Rickettsia prowazekii (causante del tifus) y Bartonella quintana (responsable de la fiebre de las trincheras), ambas de las que se sospechaba desde hacía tiempo que se propagaban entre las filas durante la retirada.
Dado que solo se pudo analizar una pequeña cantidad de muestras en comparación con los miles de restos hallados en Vilna, los investigadores aún no pueden determinar la propagación de estas infecciones. Los soldados analizados representan una fracción minúscula: 13 de los más de 3000 cadáveres hallados en el lugar y entre 500,000 y 600,000 soldados que participaron en la campaña, de los cuales unos 300,000 murieron durante la retirada.

