El pueblo de San Andrés Mixquic, ubicado en la delegación Tláhuac de la Ciudad de México, es uno de los sitios más emblemáticos para celebrar el Día de los Muertos, una de las festividades más importantes de la cultura mexicana.
Con raíces que se remontan a la época prehispánica, Mixquic fue habitado por pueblos náhuatl, y tras la llegada de los españoles, se consolidó la influencia colonial que aún se refleja en su arquitectura y tradiciones, como la Parroquia de San Andrés Apóstol, construida en 1537.
Durante el Día de los Muertos, el pueblo se llena de coloridas ofrendas, altares, calaveras de azúcar y aromas de flor de cempaxúchitl, mientras los habitantes preparan sus casas y elaboran el pan de muerto y los faroles o estrellas que iluminan los caminos para recibir a los seres queridos que han fallecido.
El Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI) destaca que Mixquic conserva su carácter agrícola, con chinamperas dedicadas al cultivo de hortalizas y leguminosas, aunque cada vez son menos las familias que mantienen estas prácticas.
Tradiciones y rituales del Día de los Muertos
- 28 de octubre: Las familias que perdieron a un ser querido en accidentes o violencia encienden veladoras acompañadas de un vaso de agua y un plato de sal.
- 29 de octubre: Se realiza la primera ofrenda, con visitas a la iglesia y limpieza de tumbas.
- 30 de octubre: Se honran a las almas de los niños no bautizados, encendiendo veladoras y decorando los caminos con pétalos de rosas blancas.
- 1 de noviembre: A mediodía se despiden las almas infantiles y a las 2 de la tarde llegan las almas de los adultos, con ofrendas que incluyen la comida y bebida favoritas de los fallecidos.
- 2 de noviembre: Las almas adultas se retiran, dejando una canasta con comida para su camino, mientras por la noche las familias se reúnen en el panteón principal para el tradicional alumbrado, que se mantiene hasta la medianoche.
Estas prácticas reflejan la profunda conexión entre la vida y la muerte en la tradición mexicana, y convierten a Mixquic en un punto de encuentro cultural y turístico que atrae a miles de visitantes cada año, deseosos de presenciar y participar en una de las celebraciones más auténticas del país.
El Día de los Muertos en Mixquic no solo es una festividad, sino un legado histórico y cultural, donde la comunidad mantiene viva la memoria de sus antepasados mientras comparte sus tradiciones con el mundo.




