En el colmo del delirio, señaló que los insultos en su contra durante la marcha no la debilitan, ni a ella ni a su gobierno sino, al contrario, la fortalecen con el pueblo. En ese contexto, presumió la jefa del Ejecutivo que visitó Palizada, Campeche, y que las mujeres felices, algo hermosísimo, la gente me saluda y clamó: “Ese es el verdadero México”.
Pero unas horas después el verdadero México se mostró en toda su lamentable crudeza: asesinaron a una de esas mujeres felices que acogieron a la presidente, a la regidora morenista Karina Aurora Díaz Hernández.
El asunto apenas se investiga. Los hechos ocurridos el pasado 15 de noviembre me recordó una plática de varios líderes del 68 que ocupaban puestos de jerarquía en el gobierno capitalino de Cuauhtémoc Cárdenas (1997-1999). ya en la intimidad de las tertulias de la cofradía, con lágrimas en los ojos, un cigarro de mariguana humeante y un caballito de mezcal, uno de ellos dijo: ¿Quién nos viera: los disidentes de ayer convertidos en los represores de hoy?
Veintisiete años después se cumplió el vaticinio, pero no llegó alguno de ellos a ocupar la presidencia de la República, sino una mujer sin liderazgos previos, procedente de una generación menor, quien participó en el movimiento promovido por el Consejo Estudiantil Universitario (CEU), donde no fue su dirigente sólo su representante frente a alumnos de escuelas participantes.
Se ganó la confianza del amado líder y de su mano llegó a la presidencia, como antes también de su mano ocupó la jefatura de gobierno de la CDMX, luego de la alcaldía de Tlalpan, y de ella, por su formación científica y calidad de mujer se esperaba mayor empatía con las causas sociales justas.
Ahora, pese a lucir más delgada y decaída, la presidente anunció este miércoles 19 de noviembre que el próximo sábado 6 de diciembre habrá una de las manifestaciones oficialistas para celebrar a Morena y las prestaciones que el gobierno otorga a adultos mayores, jóvenes y demás beneficiarios del Bienestar.
Mientras, la Generación Z hizo otra marcha contra la inseguridad y ahora también contra la represión, el 20 de noviembre, aniversario 115 de la Revolución en una ruta afín al desfile militar.
Si el gobierno echa a andar el mismo operativo del sábado pasado, cierra entradas al zócalo y demás, incluida la pasividad frente al llamado bloque negro, en México volverá a sonar la repudiable alarma de la represión gubernamental contra ciudadanos inconformes.
Ojalá alguna voz inteligente y democrática del grupo morenista en el poder asesore a la presidente y le aconsejen escuchar a los ciudadanos que piden se acabe con la inseguridad, la violencia y la colusión político-criminal. No se puede tapar el sol con un dedo.

