
La fachada que esconde un coliseo: descubre la historia de la Plaza de Gallos en León
León, Gto. – En el corazón del centro histórico de León, en la calle Benito Juárez #316, justo al lado del Motel Barón, se levanta una antigua finca virreinal que a simple vista podría pasar desapercibida. Sin embargo, tras esa fachada discreta se encuentra uno de los tesoros arquitectónicos más peculiares y con más historia de la ciudad: la Plaza de Gallos.
Este edificio del siglo XVIII, conocido popularmente como el “coligallo”, funcionó originalmente como troje y fue escenario de peleas de gallos y corridas de toros. De acuerdo con el Instituto Cultural de León, los primeros registros del inmueble datan de 1798.
Durante el siglo XIX, la Plaza de Gallos fue testigo de diversos episodios históricos. Durante la Guerra de Independencia, el general realista Félix María Calleja utilizó el lugar para alojar a sus tropas. En la época de oro cultural de León —previa a la gran inundación de 1888—, la soprano mexicana Ángela Peralta, conocida como “El Ruiseñor Mexicano”, ofreció una presentación en este recinto.

En el siglo XX, el coliseo también fue protagonista de la Revolución Mexicana: Francisco I. Madero encabezó aquí un mitin en contra del régimen de Porfirio Díaz en 1910. Más tarde, el lugar se transformó en arena de lucha libre, con combates protagonizados por leyendas como El Santo, Blue Demon, El Cavernario Galindo y el ídolo local Black Shadow.
Tras décadas de abandono, lluvias y vegetación comenzaron a borrar su memoria, hasta que en la administración municipal 2012-2015 el edificio fue rescatado mediante su compra por parte del Municipio de León. Actualmente, está bajo resguardo del Instituto Cultural de León.
Hoy en día, la Plaza de Gallos se oculta entre una veterinaria, una estética, una panadería y una tortería. Aunque su fachada parece una más del entorno urbano, guarda un pasado vibrante que forma parte del legado cultural de León.
