Inteligencia militar ha identificado a 11 cárteles en la zona metropolitana
La ejecución de cinco personas ocurrida la noche del pasado viernes en una cantinucha de la Plaza Garibaldi es una prueba más de que el narcotráfico opera y manda en amplias zonas de la Ciudad de México. Es claro y contundente.
El problema es que las autoridades no quieren reconocerlo y llevan años negándolo. Sólo una mente obtusa no puede ver que la capital de la República es el mejor refugio y centro de operaciones para los capos de la droga. Con apenas un poco de sofisticación, aquí pueden pasar desapercibidos fácilmente.
Sus lujos y excesos pueden confundirse con aquellos de los ricos y/o famosos que aquí viven. Gastar enormes cantidades de dinero en las mejores tiendas, boutiques y joyerías no llama mucho la atención. Si saben lo básico de los buenos modales pueden ‘desaparecer’ entre los comensales de los restaurantes más cotizados de México y asistir a los mejores espectáculos y centros nocturnos. Con vehículos y ropa adecuada, sus cuerpos de seguridad podrían pasar como los de algunos funcionarios o empresarios. Sus hijos pueden asistir a los mejores colegios privados y vivir a todo lujo en mansiones dentro de los barrios más seguros y exclusivos del país.
Además, desde aquí pueden moverse a donde les plazca sin que nadie los moleste.
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