Lo grave es que ahora el país está socialmente dividido y profundamente polarizado
Alejandro Cacho diciembre 5, 2019
1988 fue, sin duda, el año en que comenzó a fraguarse en México la democracia política. También fue el año cuando México se dividió como no se había visto por lo menos en la segunda mitad del siglo XX.
Hoy, 31 años después, México vuelve a estar dividido. Peor aún, polarizado. La diferencia consiste en que hace tres décadas la división era entre una parte de la sociedad y el sistema y sus aliados. Había mexicanos inconformes con el status quo y que perseguían o apoyaban un cambio. Su lucha era contra aquellos que no querían cambiar, porque así les convenía: el sistema, el PRI, parte del empresariado y prácticamente todos los medios de comunicación.
Lo grave es que ahora el país está socialmente dividido y profundamente polarizado. Es decir, no sólo es una inconformidad con el gobierno o con los partidos políticos. Hoy se trata de mexicanos contra mexicanos; de buenos contra malos; pueblo bueno contra ladrones; liberales contra conservadores; chairos contra fifís.
El pasado domingo ocurrieron dos hechos reprobables a Irving Pineda, reportero de Tv Azteca, y a Hernán Gómez Bruera, hermano del conductor de televisión Facundo y doctor en estudios del desarrollo por la Universidad de Sussex, en el Reino Unido, y empleado de la 4T. Fueron dos agresiones injustificadas e irracionales. Irving Pineda cubría el evento del presidente López Obrador en el Zócalo. A la misma hora, Gómez Bruera se infiltró en la marcha opositora en Paseo de la Reforma.
A Irving Pineda, quien ha cuestionado al Presidente en su conferencia mañanera, lo rodearon los simpatizantes de López Obrador. Le gritaban chayotero, lo empujaron y obligaron a ponerse un chaleco de Morena. Terminaron por echarlo del lugar. A Gómez Bruera lo identificaron en la marcha opositora. Le gritaban chayotero, le reclamaban asistir a provocar en la marcha y también terminaron por echarlo. Por fortuna, no hubo agresiones físicas. Pero es tal el encono entre los seguidores y detractores del Presidente, que poco falta para que estalle la violencia. Lo más grave y reprobable es que el propio López Obrador atiza el fuego todos los días. Es él quien a diario enfrenta a unos y otros desde Palacio Nacional. Pierde de vista que hoy es el jefe del Estado mexicano, que debe gobernar para todos los mexicanos, sin importar si son conservadores o liberales, chairos o fifís.
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BON APPÉTIT: Ojo a los sabuesos anticorrupción de la 4T. Deberían poner atención al tema de los seguros, reaseguros y otros pequeños detalles que le están costando muchos -muchísimos- millones de pesos a distintas dependencias del gobierno. La información disponible habla de una complicidad muy lucrativa. Se señala a cuatro personajes perversos del Grupo CIDAR Seguros y Fianzas y a Raúl Alejandro Villarreal Arauza, exdirector de Seguros Afirme. ¿Qué tendrá que decir la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas?
POR ALEJANDRO CACHO
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