Hoy, frente a la pandemia de coronavirus, López-Gatell ha vuelto a ser errático
Alejandro Cacho marzo 17, 2020
“La fuerza del presidente es moral, no es una fuerza de contagio”, tal es la abyección del doctor Hugo López-Gatell Ramírez, el hombre de confianza de Andrés Manuel López Obrador en temas de salud.
Esa fue la respuesta que dio el secretario de Salud de facto cuando una reportera preguntó si López Obrador -en caso de ser portador del coronavirus- podría contagiar a la personas que lo abrazan y besan durante sus giras por el país.
La pregunta surgió de la polémica porque al Presidente le han importado poco los protocolos para contener los contagios de COVID-19, recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En la conferencia mañanera, López-Gatell fue técnicamente impecable cuando explicó por qué no es necesario que en este momento se aplique la prueba de coronavirus al Presidente.
Sin embargo, en la conferencia de anoche para actualizar los casos de coronavirus, se quejó de “lo irritante que le resultó (sic) para un segmento de la población, especialmente ligada a los partidos políticos de oposición que yo mencionara que el Presidente tiene una enorme fuerza moral .
“Pues si ellos no lo consideran, supongo que tiene que ver con sus distintas actividades políticas.
“Yo me ocupo de una materia técnica, tengo una responsabilidad técnica, y la seguiré cumpliendo”.
Alguien debería enseñarle al doctor López-Gatell que las valoraciones morales son puramente subjetivas y, por lo tanto, completamente alejadas de la técnica o la ciencia.
López- Gatell es un infectólogo de larga carrera en la burocracia médica. No es la primera vez que se enfrenta a una pandemia.
Hace una década, cuando estalló la influenza AH1N1, su actuación como director general de Epidemiología de la Secretaría de Salud fue errática, lenta, insegura.
La información que aportó entonces fue imprecisa y tardía. Eso estuvo a punto de costarle el puesto.
Hoy, frente a la pandemia de coronavirus, López-Gatell ha vuelto a ser errático. El gobierno federal ha sido lento en tomar las medidas recomendadas por las autoridades de la Organización Mundial de la Salud para evitar o contener contagios.
Gobiernos locales e instituciones ajenas a la 4T dieron los primeros pasos unilateralmente para enfrentar la pandemia. Expertos internacionales afirman que es precisamente la lentitud de algunos gobiernos en responder a la enfermedad lo que empeoró la situación.
¿Tendrá López-Gatell el arrojo para decirle a López Obrador lo que se requiere hacer, aunque no le guste?
¿Le hará entender al presidente que una pandemia no se enfrenta con fe? ¿Que habrán de tomarse decisiones estrictas, claras, oportunas, difíciles, impopulares y que traerán consecuencias económicas?
Ya veremos.