A pesar de los 90 mil mexicanos muertos por el coronavirus, según cifras del gobierno. A pesar de que los pronósticos fatales de los científicos se están cumpliendo. A pesar de que el mundo entero está sucumbiendo ante el virus, en México no.
El presidente López Obrador, con sus otros datos, vive en negación. Él mismo se contradice. Asegura que está muy preocupado por la pandemia, pero no mueve un ápice su estrategia fallida para combatirla. No quiere darse cuenta —y nadie se atreve a decirle— que él es responsable del más rotundo fracaso sanitario desde que se articuló el sistema de salud en el país, y nos costará cientos de miles de muertes.
Emmanuel Macron, presidente de Francia, anunció en un mensaje por televisión una nueva orden de confinamiento por el aumento de los contagios, la cual se mantendrá hasta el 1 de diciembre, pero se revisará en dos semanas. Los franceses sólo podrán salir a la calle para comprar comida, recibir atención médica y hacer ejercicio en solitario por una hora. Para cualquier otro asunto, deberán presentar un salvoconducto.
En Alemania, la canciller Angela Merkel, junto con los 16 gobernadores estatales, acordaron cerrar durante todo noviembre restaurantes, bares, cines, teatros y otros sitios donde se concentra la gente.
Pidió a los alemanes no viajar sin un motivo importante y a los hoteles no recibir turistas. Merkel teme que el sistema de salud colapse. El gobierno de España ordenó estado de alerta, toque de queda, y hay diversas restricciones en las comunidades autónomas.
Las bolsas de valores en el mundo se tambalearon. Los inversionistas temen que la recuperación económica global tarde aún más por los rebrotes de coronavirus. Wall Street perdió más de 3 por ciento, su peor cierre de una semana desde marzo.
Las bolsas de Madrid, París, Frankfurt y Milán se hundieron ante el escenario de nuevos confinamientos. Angela Merkel declaró: “Debemos actuar, y actuar ahora, para evitar una emergencia sanitaria aguda.
Emmanuel Macron dijo: “Tenemos que mantenernos firmes, hombro con hombro. Sólo podemos levantarnos si permanecemos unidos. Cuento con ustedes”.
López Obrador confía en el pueblo bueno. El martes, México fue el país que más muertes reportó a nivel mundial por coronavirus, pero el Presidente se sigue negando a usar cubrebocas y descarta medidas coercitivas, porque eso “expresa un afán autoritario”. Confía en que los ciudadanos obedezcan y se cuiden. Incluso, Hugo López-Gatell no deja de menospreciar el uso de mascarillas.
Parece que López Obrador no conoce a los mexicanos. Ayer, Día de San Judas Tadeo, la iglesia de San Hipólito recibió a varios miles de fieles que no respetaron la sana distancia, ni el uso de cubrebocas o gel antibacterial. ¿Acaso piensa que los fieles de la Virgen de Guadalupe se quedarán en casa y no acudirán a la Basílica el viernes 11 y sábado 12 de diciembre próximos?
POR ALEJANDRO CACHO
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