Actos de Poder

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Zedillo vs la 4T


En el año 2000, Ernesto Zedillo dejó la presidencia de México a un miembro de la oposición al PRI. El oportunista Vicente Fox asumió en cargo y, desde el primer día de gobierno del panista, Zedillo dejó la escena pública.
Ahora regresa para criticar la reforma judicial que está en marcha y declara que la democracia en México está perdida y que pasmos a un Estado policial.

Los 18 años de gobierno del PRIAN no provocaron ninguna reacción de Zedillo pues el andamiaje que se consolidó en el último gobierno de los priistas no cambió ni con Fox, ni con Calderón y, mucho menos, con Peña Nieto.

Más allá del FOBAPROA, la nacionalización de los ferrocarriles, las matanzas que se registraron en el zedillato y su intento por desmoronar al EZLN Zedillo el expresidente priista calló como momia, diría el clásico ante escándalos que requerían al menos una descalificación y una condena de Ernesto Zedillo Ponce de León.

Citemos algunos. ¿Por el gobierno zedillista no hizo nada para impedir el PEMEXGATE o la trama de los Amigos de Fox? ¿Acaso estás dos acciones de financiamiento electoral no merecían que Zedillo saliera, al menos, a ofrecer una disculpa por lo que su gobierno dejó de hacer en materia de corrupción electoral?

Quizá el Toallagate, destapado por Milenio podría ser caso menos, pero daba idea del grado de privilegios con los que vivía su sucesor. Ni una palabra del exalumno del Poli.

¿El caso Bibriesca no merecía la indignación luego de que los involucrados quedaron impunes por ser familiares políticos de Fox?

Nada escuchamos del mayor ataque político del sistema en contra de un opositor al régimen. Ernesto Zedillo enmudeció ante el desafuero en contra de Andrés Manuel López Obrador, acto deleznable impugnado, incluso, dentro del foxiato.

Cuando Vicente Fox y Felipe Calderón realizaron el fraude electoral de 2006 ¿no se atentó en contra de la vida democrática, el Estado de Derecho y la convivencia nacional? Para Zedillo no. ¿Alguien lo escuchó manifestar una postura en contra de uno de los mayores fraudes electorales en la vida institucional de México (el otro fue el de 1988 en contra de México y Cuauhtémoc Cárdenas)?

Yo no escuché a Zedillo, desde su autoexilio en los Estados Unidos, decir algo cuando Felipe Calderón intentó legitimar la usurpación a la presidencia declarando la “guerra” al crimen organizado. Tampoco tengo en la memoria las palabras del expresidente cuando Genaro García Luna, brazo derecho y operador de Calderón, fue detenido en los Estados Unidos por su incestuosa relación con los mayores criminales.

Me habría encantado escuchar a Zedillo decir algo de la renuncia de Eduardo Medina Mora a la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

¿Y qué tal con el caso Odebrecht? Un candidato recibiendo dinero de esa empresa (Peña Nieto) pero también el gobierno usurpador dando contratos a la empresa que provocó altos grados de corrupción en el gobierno calderonista.

Creo que a Zedillo le gusta la Estela de Luz. Nunca ha emitido reproche alguno por esa obra con cimiento de la corrupción del PAN:

¿Y la intervención de los Estados Unidos para armar a las bandas criminales con Rápido y Furioso? Quizá en la universidad en la que da clases Zedillo, allá en los EEUU haya dicho algo, pero acá, a sus ex gobernados ni nos peló.

¿A alguien le sorprende el silencio de Ernesto Zedillo durante el sexenio de Enrique Peña Nieto?

El de Atlacomulco es personaje principal en el caso Odebrecht. A Don Ernesto no le indignó el asunto de la Casa Blanca de Peña, al menos nada dijo de eso.

¿Y que tal con la Estafa Maestra? Los sepulcros hacen más ruido.

Ya para que preguntar si lo oímos decir algo de la desaparición de los 43 estudiantes de la escuela normal de Ayotzinapa. El dolor de los padres de esos muchachos y la indignación de los mexicanos por ese hecho que de tan brutal ha marcado la historia reciente de México no mereció ni una línea de Zedillo.

A Zedillo hay que recordarle, y reconocerle por el 9.1 por ciento del PIB destinado a los programas sociales. De eso, el 5.2 fue a educación.
Sus AFORES nos quedan a deber a los mexicanos. Los jóvenes de hoy ya no tienen garantizada una pensión.

Ernesto Zedillo Ponce de León fue presidente de México por una tragedia, el asesinato de Luis Donaldo Colosio. Gobernó de diciembre de 1994 a noviembre del 2000.

Durante 24 años estuvo callado. Hoy, cuando las estructuras del gobierno que él ayudo a consolidar están transformándose, viene a decirnos que las reformas están mal.

Zedillo, como muchos otros, aún cree que el pasado fue glorioso y que lo de hoy es un desastre.
Zedillo es parte fundamental del acceso de la 4T al poder. No sólo sus actos, sino sus silencios lo hicieron cómplice de los que Fox, Calderón y Peña hicieron en contra de México. Y si de descalificar se trataba, porque no se pronunció ningún día durante el gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

Puedo venir a encabezar a la oposición. Pudo ser un contrapeso a las acciones de gobierno. Pero él sabe que su imagen no es la mejor y su credibilidad no tiene el peso moral que se requiere en los nuevos tiempos de México para venir desde el pasado que destrozó México.

Lo que pasa hoy, sucede por lo que él y los suyos no hicieron ayer.

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