MORENA después del 1 de junio

No me voy a referir a la elección de ayuntamientos en Durango y Veracruz, sino a la elección de los nuevos integrantes del Poder Judicial.

Los resultados preliminares de la elección (4 de junio a las 18:00 horas) y con el 99.8 por ciento de las actas computadas se registró el 12.9 por ciento de participación ciudadana lo que significa que 12 millones 878 mil 433 personas acudieron a votar. Sin embargo, a ese número le tenemos que restar el porcentaje de los votos nulos que se componen de los votos anulados por los ciudadanos y los recuadros no utilizados.

En este último rubro, el de los cuadros no utilizados, se debe tomar la cifra de un voto nulo. Yo acudí a votar. En la boleta de la elección para ministras y ministros de la corte había 9 opciones, cinco para mujeres y cuatro para hombres. En los recuadros para mujeres sólo usé un espacio, los demás los anulé. En los espacios para hombres utilicé dos y el resto los taché. Es decir, de las nueve opciones solamente vote por tres personas. Seis espacios vacíos es igual a seis votos nulos.

Ahora, vayamos a lo que creo que debe pasar con MORENA luego de esta elección.

¿Cuántos votos recibieron las personas que ocupan los cargos de los tres poderes federales, es decir, la presidencia de la República, el Congreso de la Unión (senadores y diputados) y los ministros de la Corte?

Estos son los datos del INE:

La presidenta Claudia Sheinbaum, recibió 33 millones 226 mil 602 electores.
Para elegir a los 500 diputados y los 128 senadores, votaron 55 millones 120 mil 705 personas.

Para los 9 ministros de la nueva Corte, serán poco menos de 10 millones, según los datos preliminares del INE.

Ante estos números, ¿MORENA debe hacer algo de cara a las elecciones intermedias? Creo que tiene que fijar una estrategia que le permita mantener a su estructura para llevarla a las urnas.

Una acotación, a finales de abril la dirigencia nacional de MORENA dijo que ya tenía un avance de 5 millones de afiliados de los 10 millones que pretende llevar a su padrón. Estas cifras no llevan a una conclusión. De confirmarse que la votación válida es igual o menor a 10 millones de electores en la votación del domingo, los morenistas sólo llevaron a una persona, además de ellos, a votar por las y los ministros, magistrados y jueces. ¡UNO!

Bien, aquí lo que creo que debe hacer el partido del Proyecto Alternativo de Nación.

1. Ir a las bases para crear comités de Protagonistas del Cambio en cada sección electoral. Son casi 70 mil 753 secciones y cada comité deberá conformarse con cinco, y nos más, miembros. Un presidente, un secretario de organización, un secretario de asuntos electorales, un secretario de gestión y uno de comunicación y propaganda. Son 353 mil 765 militantes los que ocuparían esos cargos. Hoy, la base territorial se compone de comités de los Protagonistas del Cambio Verdadero y, además, de los Coordinadores Territoriales, los COT´s que tienen tareas de afiliación y reparto del periódico institucional del partido.
2. La conformación de 2 mil 478 comités municipales, más los 16 de la Ciudad de México, uno por alcaldía. Además de los cargos que tienen los comités seccionales, el municipal deberá sumar a un secretario General.
   Ambos órganos conformarán un Consejo Político municipal, en el que además se integren referentes del partido y los regidores, síndicos, presidentes municipales, diputados locales y federales en caso de que vivan en cada demarcación. El consejo no deberá tener más de 30 miembros y será dirigido por un presidente mientras que el presidente del comité municipal y el secretario General tendrán labores de coadyuvancia, pero no de decisión, en este órgano.
   La elección de estos tres órganos de dirección dentro de MORENA deberá ser producto de a) elección directa a las bases y, b) acuerdo entre los diferentes grupos políticos dentro de MORENA.
3. El comité estatal y el consejo político de cada entidad también deberán ser electos bajo las dinámicas de los comités seccionales y municipales. Es momento de que MORENA institucionalice su vida interna.
4. El Comité Nacional debería reconfigurar las tareas de cada una de sus secretarias. Hoy, a la vista de los resultados, se requiere de revisar dónde y por qué no se tuvo la movilización esperada para la elección del primero de junio.
5. ¿MORENA debe dejar de ser un movimiento social? No, rotundamente no, pero lo que sí tiene que hacer es comportarse como un partido político ya que la fase de movimiento en ocasiones, las más, neutraliza la efectividad de las tareas partidistas.

Algunos dirán que esto ya está en los estatutos, pero, por desgracia para la vida interna, no opera.

Las dos figuras centrales de MORENA son Andrés Manuel López Obrador y Claudia Sheinbaum. Para la elección de ambos, el partido tenía el gran impulso de los resultados del 2018. Seis años después se refrendó la votación que tiene en la presidencia a la primera mujer en ese cargo en toda la historia de México.
¿Qué pasó entonces en la elección del domingo primero? La estructura del partido no operó.

¿Por qué no operó? Tal vez porque los incentivos para las y os referentes seccionales y municipales, además de muchos estatales, eran nulos. No vieron cómo les abonaría que X o Y llegaran a ser ministros, magistradas o juezas. Para muchos de esos personajes, alcaldes, presidentes municipales, diputados locales y federales o senadores, la integración de la Corte es muy lejana a sus intereses político-electorales.

MORENA aspira a ser el partido político más importante del mundo, no sólo por el número de sus militantes -el piso es tener 10 millones de afiliados- sino por el número de ayuntamientos, estados y miembros de los órganos legislativos en su poder. Obvio, la presidencia de la República.

Con lo sucedido el domingo, hay oportunidad de reflexionar, debatir, analizar y proyectar estrategias para que no se repita un triunfo como el del 1 de junio de 2025.

Un partido poderoso atiborra las urnas, moviliza a sus militantes y simpatizantes y gana nuevas voluntades para sumarse a las propuestas.

Hay militancia decidida al trabajo por el partido, para que el movimiento se mueva -valga la redundancia- hacia un derrotero progresista en bien de México.