
Advierte especialista de la UNAM que a la escasez de vacunas su suma el discurso contra su uso en México
Frente a la escasez y la difusión de mensajes contra la aplicación de las vacunas en México “entre la población mexicana tenemos una cultura de la vacunación muy sólida, y en general, las personas aceptan las vacunas, pero no deja de preocupar que en Estados Unidos están avanzando esos discursos porque puede dar pauta a que esas ideas encuentren eco en algunos sectores de México”, explica Mauricio Rodríguez Álvarez, de la Facultad de Medicina de la UNAM.
Señaló que en las últimas semanas ha avanzado la idea de que las vacunas hacen daño, que no han sido bien evaluadas, que hay conflictos de interés en su desarrollo y venta. Esto genera confusión y que disminuya su aceptación en algunos sectores sociales.
El discurso contra las vacunas es muy selectivo, pero también muy confuso porque mezcla diferentes conceptos, no respalda sus afirmaciones y deja fuera evidencia científica, dijo el especialista.
“No hay que perder de vista que este discurso contra la vacunación deja en riesgo a las personas más vulnerables, y lo preocupante de que estas ideas encuentren eco, porque las consecuencias serían que las poblaciones que se deben vacunar no se vacunen, por lo que va a haber contagios, hospitalizaciones, gastos de salud y defunciones.”
Explicó que las mujeres embarazadas pertenecen a un grupo que tiene mayor riesgo de complicaciones de COVID e influenza, por lo tanto, se recomienda que reciban las vacunas contra estas enfermedades.
“Si una embarazada se contagia con alguno de estos virus, el riesgo de que se le complique es muchísimo mayor que si no estuviera embarazada. Ahora bien, si en este momento, en julio, alguien busca una vacuna contra el COVID o contra la influenza, no la va a encontrar, porque esas vacunas se aplican en octubre”.
“Pero en cuanto estén disponibles estas vacunas, se recomienda que cualquier embarazada reciba una dosis”. También es importante que en cada embarazo se aplique una dosis de la vacuna TDPA, que protege contra tétanos, difteria y tosferina.
“Idealmente, la TDPA debe aplicarse en el tercer trimestre del embarazo para que la madre genere anticuerpos contra la tosferina que le transmita a su bebé y esté protegido durante los primeros dos meses de vida. Si en ese lapso se enferma de tosferina, ya está protegido, porque se ha visto que los casos más graves de tosferina en menores de seis meses se debieron a que no estaban vacunados.”