
De Frente Y De Perfil
A pesar de todo, o por encima de todo
El tiempo nos ha mostrado que los gobiernos emanados de MORENA no entran en razón por la protestas del pueblo o por el rechazo del mismo a obras faraónicas que no resuelven nada.
Cuando la idea de hacer historia los obnubila, ni un paso atrás. La ruta se traza y no hay poder humano que los frene.
Sucedió con el Tren Maya que se advirtió el costo tan grande para una obra innecesaria y costosa y los daños que ocasiona al entorno ambiental, principalmente por la tala de árboles y la contaminación de los ríos subterráneos y cenotes.
La obra fue terminada sin hacer caso de nada. El Tren Maya se reconoce es una obra no necesaria que podría contribuir al desarrollo turístico de los estados del sureste, lo que no ha ocurrido.
El aeropuerto Felipe Ángeles construido durante la administración sexenal pasada es cierto que es moderno y funcional y que se requería una nueva central aérea, aunque lejos está de representar una alternativa. El aeropuerto es hasta bonito, pero no accesible, ya que carece de rutas que le den movilidad y tampoco tiene conectividad con líneas aéreas. Son pocos los vuelos y las líneas aéreas no se han querido mudar al nuevo y prefieren las incomodidades del aeropuerto de la CDMX que mudar sus vuelos al Ángeles.
La refinería de Dos Bocas se volvió un capricho y no se ha logrado refinar la producción que se anunció, de acuerdo con sus propias cifras, la refinación es de solamente de la mitad de lo imaginado y hasta ahora no ha sido una solución para la producción de gasolina. Tampoco el sitio (Dos Bocas) en que se construyó resultó de lo más accesible y por ser tierras bajas, las lluvias que son una constante en Tabasco llegan a causar inundación.
Es una constante que las obras anunciadas por el anterior gobierno y el actual, en lo federal no hayan funcionado como lo imaginaron, con todo y las grandes inversiones destinadas para su construcción.
Tabasco es una entidad que se volvió representativa en las últimas décadas, por su potencial petrolero, pero más que nada por la proyección de un candidato presidencial, que alcanzó su propósito hasta la tercera vez que compitió. Como todos los Presidentes de México forman sus equipos de trabajo con aquellos personajes que han mantenido la lealtad por muchos años.
Ese es el caso de Javier May Rodríguez, quien fue lanzado a las grandes ligas de la política, después de ser un modesto alcalde de Comalcalco (dos ocasiones).
May Rodríguez fue llevado de la mano a la política nacional por Andrés Manuel López Obrador, quien lo hizo senador, subsecretario del Bienestar, titular de esa dependencia y director de Fonatur.
Un buen recorrido en seis años, lo que lo proyectó al gobierno de Tabasco, al que llegó con la espada desenvainada.
Primero arremetió contra los dos exgobernadores que lo antecedieron, a los que señaló como ligados a la delincuencia, aunque nunca se decidió a presentar pruebas o denuncias en su contra.
Ahora sale con un proyecto de construir un nuevo museo de la cultura Olmeca (la cultura madre en Tabasco), sabiendo que existe uno en el Parque de la Venta de Villahermosa. Su idea es ampliarlo y, en consecuencia, arrasar con un parque que se encuentra junto.
La idea de May Rodríguez es hacer un museo nacional de la cultura Olmeca, sin importar lo ya existente y que perjudique a la fauna y flora que se encuentran tanto en el museo de La Venta, como en el parque contiguo.
Con esa intención prepara la inversión de decenas millones de pesos, lo que genera malestar entre los habitantes de la capital del estado, los que prefieren que ese gasto se derive a otras áreas que son necesarias y que están olvidadas por el actual gobierno como son medicamentos, insumos en los hospitales y educación, principalmente.
Es posible que May Rodríguez se salga con la suya, aunque el costo se pague después, cuando ya no haya reversa.
Email: ramonzurita44@hotmail.com
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