Desde mi Libreta

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Azucena, la reina de la farsa

Por Camilo Vera

Desde hace ya algunos años, Azucena Cisneros Coss, hoy presidenta municipal del marginal Ecatepec de Morelos, ha impulsando una falsa idea de ser feminista y luchar en beneficio del pueblo que la vio nacer.

Bajo el cobijo y guía moral del perredista José Luis Gutiérrez Cureño, alcalde de dicho municipio (2006-2009), inició una presencia en las colonias como parte de un equipo de trabajo.

Se casó con Javier Salinas, uno de los corresponsales más afamados de la zona oriente y que aún escribe para el periódico “La Jornada”, amiga de algunos reporteros que fue dejando en el camino por no convenir a sus intereses.

Se fue a Texcoco para ser vocera de Delfina Gómez, hoy gobernadora, a solicitud de su ex marido como agradecimiento a su entrega a través de su información siempre leal y sin sesgo.

Se volvió diputada tras la primera derrota de la gobernadora Gómez Álvarez, le dio la vuelta y utilizó a cuantos pudo. Pidió favores al gobierno de Alfredo del Mazo, poniendo por delante a las mujeres y a las víctimas que sufren de abandono institucional.

Acordó en lo oscuro y al margen de entre lo que es derecho y roza lo ilegal para lograr la candidatura de Ecatepec. Se peleó de manera férrea con Fernando Vilchis, aprovechando su condición de mujer y del apoyo institucional de los Delmacistas logró el gane en las urnas.

Pero Ecatepec sigue igual, inseguridad, baches, abandono institucional, escasez de agua, inundaciones por doquier en cada temporada de lluvia, caos vial, de movilidad y basura por todos los rincones. En un acto de creatividad no de solución, Azucena haciendo lujo de su enérgica pose de autoridad promueve y gana (no se podía esperar otra cosa), el premio Guinness por situar en la calle a más de 148 mil personas recogiendo basura y separándola, pero ¿Esa es la solución para los ecatepenses?

Pidió apoyo a la gobernadora Delfina como en su momento al gobernador Del Mazo, lo que nadie dice es que ella nunca pone nada ni de su dieta ni de su zona de confort y mucho menos de su presupuesto. Le recarga la responsabilidad a todo mundo, esa es su verdadera virtud, muerde a quien sea para salir a flote en cualquier adversidad.

El pueblo, bueno y sabio, ese que enganchó cuando AMLO fue presidente de la República y su cercanía con la presidenta con “a”, en espectaculares en tiempos de campaña será su verdugo pues ya despertaron viendo el Ecatepec real, ese de todos los días que no duerme, que detona disparos en calles populares o residenciales, que deja estelas de muertes violentas por asaltos o venta de drogas.

Ese Ecatepec que cuando se viaja por sus calles sorteando baches y decenas y decenas de vehículos de transporte público violando todo lo violable, se deja ver con sus paredes grises, llenas de tierra y suciedad en las banquetas.

Ese que dice Azucena Cisneros Coss que es lo que le dejaron, lo que nadie se explica porque no se nota ni siquiera lo que ella presume a hecho por su amado municipio más allá de cambiarse de una casa de interés social en una de las tantas populosas colonias a una residencia ubicada a unos metros de la avenida 30-30 y a unas cuadras de donde despacha con tanta rabia y menosprecio para todos aquellos que le tendieron la mano y quienes hoy no tienen acceso a ella o en el mejor de los casos son sus serviles.

Al tiempo, la reelección le dará quizá un golpe de realidad del pueblo bueno y sabio que ya se dio cuenta que estaba mejor antes cuando estaba peor que ahora que está mejor pero que a ellos les va mucho peor.

HOJAS SUELTAS

En más de morenistas, en Tlalnepantla las cosas van de mal en peor para el alcalde Raciel Pérez Cruz, quien inició la semana con una deuda de 200 millones de pesos que le deberá pagar a su antes aliado Francisco Santos, quien hace 5 años, casi al concluir el primer periodo como alcalde de la tierra de en medio, le dio la concesión del relleno sanitario al Grupo Industrial de Reciclaje S.A de C.V. propiedad de Paco Santos, y que iniciando el 2025, regresando como alcalde Raciel Pérez, uno de sus primeros arrebatos con sed de venganza y sin mediar orden judicial o algún otro instrumento mandó a sacar a dicho grupo para operarlo él mismo, ocasionando un quebranto aún no cuantificable además de haber arruinado por completo el Sistema de separación de residuos que derivó en más contaminación y enojo de la población.

Esto aunado al incremento desmedido de la delincuencia, el robo a negocio y autopartes en la zona centro del municipio es una sola muestra de la realidad en la que se vive. Esa que no aparece en las estadísticas que señalan que vamos “requetebien”… a una cuadra de la Dirección de Seguridad Pública han robado lo mismo espejos que calaveras, tubos de cobre de las conexiones de gas de negocios y todo aquello que está al paso de los delincuentes que no le fallan a los rondines nocturnos que ni de locos hace la policía pues están al servicio de otros menesteres que ya platicaremos más adelante sobre los rentables negocios del Comisario Estrella.

Así las cosas pues en Tlalnepantla, en un año Raciel ya debe más de 500 millones de pesos derivados de su mal ejercicio de gobierno.

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