700 marines de la base de la ciudad de Twentynine Palms, California y 2 mil miembros de la Guardia Nacional adicionales a los que estaban en Los Ángeles se desplegaron en la ciudad por orden del presidente Donald Trump, para controlar las protestas contra las redadas del servicio de inmigración, ICE, en contra de migrantes. De acuerdo con el secretario de Defensa, Pete Hegseth, el presidente Donald Trump había ordenado previamente el despliegue de 2 mil soldados, una medida que el gobernador de California, Gavin Newsom, calificó de incendiaria.

Las redadas que causaron las marchas se hicieron el viernes en tres puntos de Los Ángeles, donde 
decenas de personas fueron detenidas. El mismo gobernador de California calificó las redadas como “caóticas” y señaló que solo buscaban cubrir una “cuota arbitraria de arrestos”, además, dijo que el despliegue de tropas y guardia nacional fueron un escalamiento innecesario del conflicto.

Para el domingo 8 de junio, Trump ya había desplegado 2 mil miembros de la guardia nacional y menos 56 personas fueron arrestadas el fin de semana cuando se ordenó a los manifestantes abandonar el centro y las fuerzas del orden dispararon munición “menos letal”.

Tom Homan, quien está a cargo de redadas masivas y es llamado “Zar de la frontera” amenazó al gobernador de California y a la Alcaldesa de Los Angeles, Karen Bass. Por su parte, Newsom y el fiscal general de California, Rob Bonta, presentaron una demanda contra Trump y Hegseth por la activación de la Guardia Nacional del estado, pidiendo a un tribunal que declare ilegal la orden.

Trump respaldó la amenaza de arrestar al Gobernador pero al ser cuestionado sobre los cargos que le imputarían, el presidente estadounidense dijo: “Creo que su principal delito es postularse para gobernador, porque ha hecho un trabajo muy malo”.