Un estudio internacional de referencia, dirigido por la Universidad de Zúrich, en Suiza, ha demostrado que la inteligencia artificial puede evaluar el riesgo de los pacientes de sufrir el tipo más común de infarto con mayor precisión que los métodos existentes. Esto podría permitir a los médicos tomar decisiones de tratamiento más personalizadas para los pacientes.
Los médicos que atienden a pacientes con el tipo más común de infarto de miocardio, el llamado síndrome coronario agudo sin elevación del segmento ST (SCASEST), han recurrido hasta ahora a un sistema de puntuación estandarizado. Mediante la puntuación GRACE, pueden estimar el riesgo y determinar el momento óptimo para el tratamiento con catéter. Esta puntuación se utiliza ampliamente y se integra cada vez más en las guías clínicas internacionales. Sin embargo, se reconoce desde hace tiempo que las herramientas existentes no siempre pueden captar la complejidad completa de estos pacientes.
De acuerdo con el nuevo estudio, muchos pacientes podrían necesitar una reclasificación, lo que tendría importantes implicaciones para el tratamiento de los infartos de miocardio en todo el mundo. Este es el mayor estudio sobre modelado de riesgo en SCASEST realizado hasta la fecha, un equipo internacional de investigación dirigido por la Universidad de Zúrich (UZH) analizó datos de salud de más de 600 mil pacientes en 10 países.
Utilizaron inteligencia artificial (IA) para analizar datos de ensayos clínicos del histórico ensayo VERDICT y enseñaron al modelo a reconocer qué pacientes se benefician más con un tratamiento invasivo temprano, incluida la angiografía y la colocación de stents.
“Los resultados fueron sorprendentes. Si bien algunos pacientes obtuvieron un beneficio sustancial de la intervención temprana, otros mostraron poco o ningún beneficio”, afirma el autor del artículo, Florian A. Wenzl, del Centro de Cardiología Molecular de la UZH, quien también realiza investigaciones en el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido.
Según los investigadores, esto indica que, en algunos casos, las estrategias de tratamiento actuales podrían estar dirigidas a los pacientes equivocados. Por lo tanto, podría ser necesaria una reestratificación importante de la atención al paciente, que evalúe el beneficio individual de las estrategias de tratamiento establecidas, en hospitales de todo el mundo.

