
El futuro de las universidades está en la autonomía y en la colaboración: Diego Valadés
Las universidades mexicanas aún arrastran una parte de la esencia del siglo XIX: la individualización de la actividad de cada institución académica, aseguró el investigador emérito del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, Diego Valadés Ríos.
Hoy la autonomía universitaria significa el derecho a formar nuestro propio ordenamiento, pero también exigir para este acatamiento respeto, sin que ello implique que no apliquemos el ordenamiento externo que nos rige porque somos parte de un Estado y no un fragmento de él.
Al dictar la conferencia magistral “Compromisos y obligaciones sociales de las universidades públicas en el siglo XXI”, en el auditorio “Alfonso Caso” de Ciudad Universitaria, el también integrante de El Colegio Nacional expuso:
“El porvenir que veo, como abogado, profesor, investigador, es confederativo de las instituciones de educación superior. Unidos podremos hacer más de lo que realizamos en lo individual. “Pensemos, por tanto, en que nuestro futuro está en la autonomía y en la colaboración”, resaltó.
En ese sentido, propuso “una nueva forma de universalización de las universidades en México” donde estaremos dando un ejemplo para que así se haga en otros espacios del planeta. Para que las y los universitarios del hemisferio formemos parte de un gran sistema del conocimiento y de la creatividad. Cuando tengamos esto, los exiguos recursos de los que siempre hemos dispuesto podrán multiplicarse.
En el siglo actual, agregó, se presentan otros procesos, como el de desvirtuación del conocimiento, uno de estos, el más singular, es el que conocemos como post verdad, que es el primer gran desafío para las universidades. El segundo, la posdemocracia, es decir, el abuso de las instituciones que tienen una matriz democrática para pervertirla.
A decir del experto, se comienza a notar un tercer fenómeno que incide en nuestra vida: el post constitucionalismo, que es la utilización de los instrumentos de naturaleza típicamente constitucional acuñados a partir del siglo XVIII y hasta la fecha, para desmontar el contenido o pervertir o distorsionar el Estado constitucional.