El papa Francisco cumplió este Jueves Santo con su tradicional visita a una cárcel, a pesar de su convalecencia por problemas respiratorios. Se dirigió a la penitenciaría de Regina Coeli, en el barrio romano de Trastevere, donde permaneció unos 20 minutos. Aunque la visita no fue anunciada previamente debido a su estado de salud, el pontífice llegó en silla de ruedas y fue recibido entre aplausos por personal del centro y 70 internos.
El papa, de 88 años, evitó utilizar las cánulas nasales que ha necesitado últimamente y mantuvo un breve encuentro con los reclusos. Esta tradición de visitar cárceles en Jueves Santo la mantiene desde su elección en 2013, interrumpida solo en 2020 y 2021 por la pandemia. Ya había visitado Regina Coeli en 2018.
Sin embargo, esta vez no pudo realizar el simbólico rito del lavado de pies, que solía efectuar para conmemorar la Última Cena. Francisco tampoco participó en la misa Crismal matutina, pero ha comenzado a reincorporarse poco a poco a sus actividades, recibiendo incluso al personal del hospital donde estuvo ingresado 38 días.
Durante esta Semana Santa, el papa ha delegado varias celebraciones a otros cardenales, como el Vía Crucis del Viernes Santo, que será presidido por el cardenal Baldassare Reina. No obstante, los textos de las meditaciones fueron escritos por el propio pontífice.