La reciente imposición de aranceles por parte del expresidente Donald Trump ha puesto a Apple en una situación complicada. La empresa, que fabrica la mayoría de sus dispositivos en Asia, enfrenta tarifas del 54% para productos provenientes de China, 46% para Vietnam y entre 26% y 27% para India, los principales países donde concentra su producción.
Apple, que genera el 75% de sus ingresos anuales de casi 400.000 millones de dólares a través de la venta de dispositivos, podría ver un aumento de 8.500 millones de dólares en sus costos anuales. Esto reduciría sus beneficios en aproximadamente un 7%.
Las acciones de la compañía ya reflejan el impacto, con una caída del 9% el jueves y otro 5% en el premarket del viernes, marcando uno de los peores desempeños en el sector tecnológico.
Opciones limitadas para Apple
- Absorver los costos: Esto erosionaría sus márgenes de beneficio, que actualmente rondan el 25%
- Subir los precios: Aunque Apple tiene una base de clientes leal, los precios actuales ya están cerca del límite que muchos consumidores pueden asumir.
- Combinar ambas estrategias: Repartir el impacto entre la empresa y los consumidores podría ser la opción más viable.
- Buscar una excepción arancelaria: Aunque Apple logró esto durante la primera presidencia de Trump, no está claro si podrá repetirlo.
Tras la primera presidencia de Trump, Apple intentó diversificar su producción hacia Vietnam e India. Sin embargo, los nuevos aranceles afectan también a estos países, dejando a la compañía sin una salida clara.
El impacto no se limita a Apple. Empresas como Nike, que también dependen de la manufactura en Asia, enfrentan desafíos similares. Además, los mercados financieros han reaccionado negativamente, con caídas significativas en el sector tecnológico.
Con estas medidas, la guerra comercial entre Estados Unidos y Asia sigue escalando, dejando a empresas como Apple en una posición delicada y a los consumidores enfrentando posibles aumentos de precios.