El sur de China lucha contra el peor brote de chikungunya registrado, alimentado por los mosquitos y las condiciones ambientales cambiantes

El sur de China lucha contra el peor brote de chikungunya registrado, alimentado por los mosquitos y las condiciones ambientales cambiantes

Un editorial publicado en la publicación especializada Biocontaminant destaca que la provincia de Guangdong se enfrenta al mayor brote de fiebre chikungunya jamás documentado en China. Desde finales de julio, las autoridades sanitarias han confirmado más de 4 mil infecciones. La mayoría de estos casos, más de 3 mil 600, se han reportado en el distrito de Shunde, en Foshan, mientras que se han registrado casos adicionales en Cantón, Shenzhen, Hong Kong y Macao.

La fiebre chikungunya es causada por el virus del mismo nombre, se transmite por la picadura de mosquitos Aedes infectados (principalmente Aedes aegypti y Aedes albopictus ), también conocidos por ser portadores de los virus del dengue y del Zika.

La enfermedad suele comenzar con fiebre alta repentina y dolor articular intenso, a menudo acompañado de sarpullido, dolor de cabeza y dolores musculares. A diferencia de las enfermedades que se propagan directamente entre personas, el chikunguña requiere un mosquito vector, por lo que el control eficaz de las poblaciones de mosquitos es la estrategia más importante para la prevención.

“El brote refleja tanto la propagación mundial del chikungunya como las condiciones favorables para las enfermedades transmitidas por mosquitos en el sur de China”, dijo el autor principal Guang-Guo Ying de la Universidad Normal del Sur de China.

Las autoridades han lanzado una campaña provincial que insta a los residentes a eliminar las aguas estancadas y reducir los criaderos de mosquitos. El editorial también destaca que el cambio climático, la urbanización y los viajes internacionales están expandiendo la propagación de los arbovirus en todo el mundo, lo que plantea crecientes desafíos para la salud pública.

La Organización Mundial de la Salud ha presentado recientemente directrices clínicas actualizadas y ha reforzado su Iniciativa Mundial contra los Arbovirus para fortalecer el monitoreo, la prevención y la respuesta coordinada. Los autores instan a invertir en vigilancia genómica, participación comunitaria y cooperación internacional para mitigar futuros brotes.

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