El tamaño del fracaso

El tamaño del fracaso


Como quiera que se vea, la elección de juzgadores fue un fracaso y demostró que la designación mediante ese mecanismo no motivó el voto en favor de Claudia Sheinbaum en los comicios de 2024. En múltiples ocasiones los pregoneros del régimen usaron ese pretexto para justificar el golpe de Estado que representa demoler la judicatura.

A las urnas fue el 12 por ciento de los electores; es la votación más baja en la historia del país. A la cifra que motivó el orgullo de Morena, hay que descontar los votos nulos y las boletas con espacios en blanco.

En otras ocasiones he señalado que la reforma al Poder Judicial no va a representar una mejora en la impartición de justicia. Basta decir que no se incrementa ni el número de juzgados ni el de otras dependencias necesarias para garantizar un Estado justo, por ejemplo: más fiscales, policías, defensores públicos o peritos.

Hay circunstancias tan particulares como el hecho de que funcionarios sin experiencia tendrán que lidiar con el rezago generado por la falta de personal. Eso sin contar que los sistemas de justicia oral reclaman destrezas que demandan de un entrenamiento especial. Veremos a noveles y flamantes jueces pasar las de Caín para resolver, en el acto, un sinnúmero de acuerdos que marcan las nuevas leyes adjetivas en materia penal o civil.

La jornada pasará a la historia como una grotesca materialización de una venganza que salió del odio de un reyezuelo. Los más sofisticados señalan que el motivo del enojo fueron las resoluciones que frenaron de manera temporal la militarización y las obras faraónicas que caracterizaron el pasado gobierno. Otros señalan que la gota que derramó el vaso fue aquel instante en el cual la ministra Piña no se puso de pie para saludar y rendir honor a su majestad el presidente.

Mejorar el Poder Judicial, y sobre todo el de los estados, es algo que se requiere; sin embargo, lo que vemos es un salto al vacío. La reforma y su elección son una verdadera vacilada y un engaño al pueblo que se dice defender. No hay nación en el planeta que recurra a este procedimiento, y los grandes juristas del momento se han pronunciado en contra de lo que Morena considera la mejor solución del “mundo mundial”.

A la calle se fueron muchas mujeres y hombres bien preparados y de probada honradez. Eran jueces de carrera y con altos estudios. El régimen, de manera cobarde, los llenó de injurias y mentiras. Así son los fascistas: generalizan y extrapolan. Son expertos en buscar enemigos y en lanzar desde improperios hasta anatemas llenos de ignorancia y fanatismo.

Por lo pronto, el pueblo les dio solo un 12 por ciento de confianza. Tomen, para que aprendan.

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