Ciudad de México, 13 ago.— El matrimonio en México ya no es sinónimo de “para toda la vida”. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en 2023, 33 de cada 100 matrimonios concluyeron en divorcio, lo que representa un incremento de 13 puntos porcentuales respecto a 2014, reflejando un cambio profundo en la forma en que las parejas conciben sus relaciones.
En total, el año pasado se registraron 163,587 divorcios, una ligera disminución del 1.9 % en comparación con 2022, aunque la tendencia general sigue al alza. En 2021 se contabilizaron 149,675 separaciones, y en 2020 —durante la pandemia— apenas 92,739, debido a la suspensión de actividades judiciales.
El 90 % de los divorcios se resolvió por la vía judicial, mientras que el 10 % optó por la vía administrativa. La duración promedio de los matrimonios disueltos es de 17.9 años; la edad media al momento de la separación es de 36.6 años en mujeres y 38.3 en hombres.
Factores detrás del aumento
Especialistas atribuyen el incremento a la independencia económica —especialmente en mujeres—, cambios culturales que normalizan la separación, reformas legales como el divorcio incausado y una mayor conciencia sobre la importancia de relaciones libres de violencia o desigualdad.
Tendencia internacional
Aunque la tasa mexicana (32.6 divorcios por cada 100 matrimonios) es menor que en países como España, Estados Unidos o Portugal —donde supera el 50 %—, el ritmo de crecimiento en México es más acelerado, lo que plantea retos en políticas públicas de apoyo familiar y educación emocional.
Para generaciones anteriores, el divorcio era un estigma; hoy, para muchas parejas, es una decisión legítima para priorizar el bienestar personal. De mantenerse la tendencia, México podría acercarse pronto a los índices de separación de las naciones con mayores registros en el mundo.

