
Hola Paisano
Nos vigilan cuando amamos, el rostro inhumano del acoso migratorio
Ciudad de México 27 abril 2025.- Hay actos que no deberían tener precio. Enviar dinero a casa, a mamá que espera en Michoacán, al hijo que crece sin papá en Puebla, a la abuela que necesita sus medicinas en Oaxaca. Cada remesa que cruza la frontera no lleva sólo dólares: lleva amor, sacrificio, ausencias, promesas cumplidas con sudor. Pero hoy, en Estados Unidos, ese acto tan humano se ha convertido en una sentencia silenciosa.
El gobierno estadounidense, a través del ICE, ha comenzado a usar las aplicaciones de envío de dinero como si fueran redes de cacería. Vigilan, rastrean, registran. Todo en secreto, todo sin permiso. Sin una orden de juez. Sin derecho a defensa. Como si los migrantes fueran delincuentes sólo por ayudar a los suyos.
Lo que denuncian defensores de derechos humanos es tan grave como cruel: mientras una madre manda dinero a sus hijos, el sistema la delata. Mientras un padre hace una transferencia para pagar la renta de su familia en México, la aplicación entrega su ubicación. Mientras alguien hace lo que puede con lo poco que tiene… lo marcan.
Teresa lo sabe.
Lleva 15 años en Tucson. Comenzó a usar apps por necesidad, por facilidad, por modernidad. Hoy, con los ojos húmedos y la voz quebrada, dice que no lo hará más. “Nos están cazando por todos lados”, cuenta. Al esposo de su amiga lo arrestaron minutos después de hacer un envío. Minutos. No fue casualidad. Fue vigilancia.
Y lo peor no es sólo lo que hacen, sino cómo lo hacen. Con tecnología facial, con geolocalización, con bases de datos que conocen nombres, direcciones, movimientos. Se accede a todo, sin que nadie les diga “alto”. Se trata de un espionaje disfrazado de política pública, de control migratorio disfrazado de protección. Pero esto no es protección. Es persecución.
Este país —que tanto ha recibido de quienes migran— no puede seguir hiriendo a quienes lo sostienen desde las sombras. ¿Cómo puede ser justo que el amor familiar se castigue? ¿Cómo puede ser legal que se espíe a alguien por enviar dinero a su madre?
Hoy sabemos que el gobierno firmó acuerdos turbios con empresas y dependencias. Que compartió datos del IRS con el ICE. Que revivió viejos sistemas de vigilancia que fracasaron por inconstitucionales. Y que ahora los usa para saber quién eres, dónde estás y cuánto mandas.
Pero lo que no saben —lo que nunca entenderán— es lo que significa cada envío. Lo que cuesta. Las horas dobles. Las noches sin dormir. El miedo a no regresar. El silencio en las videollamadas. El abrazo que no llega. Eso no cabe en un algoritmo.
No podemos permitir que se castigue el amor. No podemos permitir que el miedo gane. No se puede vivir bajo la amenaza de que ayudar a tu familia sea el camino más corto hacia la deportación. La dignidad no se negocia. La privacidad no se regala. Y los migrantes no están solos.
APROVECHO ESTE ESPACIO para hacer un llamado: es mas bien, un grito, un abrazo, un llamado. Porque cada dólar enviado es un acto de amor. Y el amor no se espía. Se respeta.
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X @DANIELLEE69495