
Hola Paisano “Trump Quita las manos: cuando el pueblo llora, grita y lucha”
Por Daniel Lee Vargas
Ciudad de México, 7 de abril 2025.- Este fin de semana, Estados Unidos no fue solo un mapa de ciudades, sino un mapa de voces. Desde Boston hasta Seattle, más de mil doscientas localidades se unieron en un grito que resonó fuerte y claro: “¡Quita las manos!”. Fue la mayor jornada de manifestaciones desde que Donald Trump regresó a la Casa Blanca, y el mensaje fue tan claro como doloroso: el pueblo estadounidense está harto.
Hartas las familias separadas por la implacable maquinaria de deportaciones masivas. Hartos los trabajadores federales despedidos por una “eficiencia” que huele más a desmantelamiento que a ahorro. Hartos los migrantes expulsados sin miramientos, los colectivos LGBTQ+ invisibilizados, los ancianos que ven cómo sus derechos básicos tambalean mientras los poderosos juegan al golf.
Las calles de Estados Unidos no fueron solo de concreto y asfalto. Fueron de pasos firmes, de voces temblorosas pero decididas, de pancartas escritas con rabia, con esperanza… con amor al país que muchos sienten que están perdiendo.
Mientras Trump y su asesor Elon Musk celebran los “logros” de la austeridad desde las oficinas del Departamento de Eficiencia Gubernamental, miles de personas salieron a las calles con pancartas que recordaban verdades que duelen: que detrás de cada recorte hay un rostro, una historia, una vida truncada. Que los programas sociales no son números: son redes que salvan, sostienen, dignifican.
El movimiento “Quita las manos” no es una moda ni una rabieta. Es una resistencia transversal, valiente y organizada. Más de 150 organizaciones —de derechos humanos, sindicatos, comunidades migrantes, veteranos, colectivos LGBTQ+— se alzaron contra el autoritarismo disfrazado de eficiencia. Y lo hicieron con dignidad y sin violencia, demostrando que la protesta sigue siendo un acto profundamente patriótico.
En paralelo, la CELAC prepara su cumbre con un tema inevitable en la agenda: las consecuencias de las deportaciones masivas orquestadas por la administración Trump. Más de 100 mil personas han sido expulsadas en lo que va del año, muchas de ellas sin opción de retorno seguro ni garantías básicas. México, Guatemala, El Salvador, Honduras… todos reciben el golpe migratorio mientras los discursos de cooperación regional suenan cada vez más huecos.
El sueño americano se ha convertido para muchos en una pesadilla. Y frente a esa realidad, el pueblo estadounidense —y buena parte del continente— está diciendo basta. Basta de políticas que castigan al vulnerable mientras premian al poderoso. Basta de gobiernos que olvidan que gobernar no es reducir, sino proteger, incluir y escuchar.
Trump y sus aliados pueden cerrar oficinas, despedir empleados, reducir presupuestos. Pero lo que no pueden —ni podrán— es silenciar una sociedad que se niega a rendirse. Porque este fin de semana quedó claro: cuando el poder aprieta, la dignidad se levanta.
Sígueme en mis redes sociales.
X @DANIELLEE69495