
La Pandemia de Covid19 agudizó y visibilizó la violencia contra niñas y mujeres afirman investigadoras de México, Canadá y España
La pandemia hizo visibles las violencias al interior de los hogares, especialmente hacia las niñas y mujeres, afirmó Leticia Cano Soriano, titular del Programa Universitario sobre Cultura de Paz y Erradicación de las Violencias, dato que, precisó, se obtuvo del proyecto Emergencia Social Comunitaria realizado de 2020 a 2023.
Lo anterior lo señaló durante el ciclo de conferencias “Violencia doméstica y experiencia de las mujeres en la era Post Covid, organizado por la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS) de la UNAM y la Facultad de Trabajo Social de la Universidad de Murcia, España, que en la octava sesión estuvo dedicada al tema “Más allá de la pandemia, Salud, salud mental y resiliencia social en la era post-COVID”.
En ese foro, Cano Soriano señaló que aun cuando terminó la pandemia por COVID-19, hay un largo camino por andar en temas de investigación, intervención social, trabajo inter y multidisciplinario dirigido a las comunidades, familias y grupos.
Por su parte la investigadora de la Universidad de Calgary, Mónica Sesma Vazquez, narró las experiencias del tratamiento de salud mental en Canadá. Entre los principales problemas detectados, y en lo cual coincidió con Cano Soriano, fue el cambió en el trato a ellas física y emocionalmente, aumentando casos de violencia familiar y de género, feminicidios y otras situaciones extremas.
Hay sucesos en los que a niñas y mujeres se les aumentó la carga doméstica; las primeras sienten sus infancias perdidas, pues en vez de jugar pasaron a ser “esclavas de la cocina o los quehaceres de la casa”. Hubo padres que no podían trabajar, así que algunos aumentaron los maltratos.
Hoy en día se habla más del abuso sexual marital (marital rape) porque las mujeres han comenzado a ir a terapia para procesar lo que vivieron, ya que la convivencia diaria implicó tener relaciones sin consentimiento, recordó.
Otra de las quejas -prosiguió- es por la pérdida de límites laborales con sus empresas, además de que se ha generado una especie de apego a las pantallas de computadoras y celulares en un vínculo tóxico con internet, donde se dice que se trabaja o revisa el correo, pero en realidad es un tipo de burnout, nublación cognitiva y consumo de energía.
El acceso a la atención de salud mental cambió a la teleterapia y a servicios digitales; mientras que antes era de persona a persona, ahora puede ser por aplicaciones, incluso chat GPT para tratar numerosas afecciones, resaltó Sesma Vazquez.