La reforma de la Guardia Nacional no resuelve la inseguridad en el país, pero sí desvirtúa la imagen y misión de las fuerzas armadas, asegura el PRI

La reforma de la Guardia Nacional no resuelve la inseguridad en el país, pero sí desvirtúa la imagen y misión de las fuerzas armadas, asegura el PRI

Los legisladores del PRI encabezados por Rubén Moreira, Alejandro Moreno y Carolina Viggiano, alertaron que bajo el pretexto de combatir la inseguridad, se está desvirtuando el propósito de las fuerzas armadas, corrompiendo sus funciones y colocándolas en un riesgo permanente de credibilidad.

Al referirse a la reforma para el nombramiento de altos mando de la Guardia Nacional, aseguraron que; “este dictamen, lejos de brindar certeza, seguridad y estabilidad, transforma a las y los ciudadanos en enemigos del Estado, consolidando a la Guardia Nacional como una institución militar con tareas permanentes de seguridad pública”.

La bancada tricolor reiteró su respeto y reconocimiento a las Fuerzas Armadas, a las que calificó como una de las instituciones más nobles del país. Sin embargo, subrayaron que su papel debe centrarse en la defensa nacional, no en tareas civiles de seguridad.

“Es momento de virar el timón y construir una estrategia que garantice el predominio de las autoridades civiles y la protección de los derechos humanos. Esta reforma representa un golpe de Estado a nuestra democracia”, afirmaron.

El PRI también expuso el alarmante deterioro de la seguridad en el país: más de 250 mil homicidios dolosos, expansión del crimen organizado, tráfico de fentanilo, de personas y de combustible, y un crecimiento sostenido de la extorsión.

Acusaron al oficialismo de buscar el control absoluto de la seguridad pública sin atender las causas profundas de la violencia, permitiendo que sus aliados del crimen organizado sigan operando impunemente.

Los debates parlamentarios, enfatizaron, deben ser espacios de diálogo, de construcción y de escucha, y dejar a un lado la obediencia a ciegas y el voto masivo sin reflexión. Acusaron que la mayoría oficialista se ha convertido en una oficialía de partes sumisa al Poder Ejecutivo, incapaz de poder escuchar, analizar y discutir las reformas con la oposición; reformas al vapor, a las que no les cambian ni una coma.

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