La tauromaquia en México: 496 años entre tradición, reconocimientos, escándalos y prohibiciones

La tauromaquia en México: 496 años entre tradición, reconocimientos, escándalos y prohibiciones

El 13 de agosto de 1529, Hernán Cortés organizó la primera corrida de toros en México, marcando el inicio de una tradición que durante siglos se consolidó como parte del imaginario cultural nacional. Desde entonces, la tauromaquia ha evolucionado entre el arte, la polémica y la resistencia social. Hoy, a casi cinco siglos de aquella primera corrida, la fiesta brava enfrenta su mayor crisis: prohibiciones legales, escándalos públicos, y una creciente presión por su abolición.

La tauromaquia fue introducida por los conquistadores españoles como parte de las celebraciones religiosas y cívicas. En la época virreinal, las corridas se realizaban en plazas públicas y se vincularon con festividades patronales. Durante el siglo XIX, figuras como Miguel Hidalgo —ganadero de toros— y Porfirio Díaz —aficionado declarado— consolidaron su presencia en el ámbito político y social.

En el siglo XX, toreros mexicanos como Carlos Arruza, Eloy Cavazos e Ignacio Garibay alcanzaron reconocimiento internacional. La Plaza México, inaugurada en 1946, se convirtió en el coso taurino más grande del mundo, con capacidad para más de 40 mil espectadores.

En estados como Aguascalientes, Tlaxcala, Hidalgo y Guanajuato, la tauromaquia ha sido declarada patrimonio cultural inmaterial. Las ferias taurinas generan empleos directos e indirectos, y están ligadas a celebraciones religiosas y dinámicas económicas locales. Escuelas taurinas continúan formando nuevos talentos, y toreros mexicanos han sido premiados en España, Francia y Colombia.

La industria taurina ha enfrentado múltiples escándalos en la última década:

  • Maltrato animal: Videos difundidos en redes sociales han documentado prácticas violentas contra los toros, generando indignación pública.
  • Corrupción y permisos: Empresarios han denunciado trabas administrativas y presiones políticas para cancelar eventos.
  • Cancelaciones y boicots: Diversos espectáculos han sido suspendidos por amenazas, protestas o falta de garantías legales.

En redes sociales, toreros y ganaderos han sido objeto de campañas de cancelación, mientras colectivos animalistas han intensificado su activismo.

La tauromaquia ha sido prohibida en cinco estados: Sinaloa, Quintana Roo, Coahuila, Guerrero y Sonora. En la Ciudad de México, la Plaza México fue clausurada en 2022 tras un amparo promovido por la asociación Justicia Justa, que argumentó violaciones al derecho a un medio ambiente sano. La Suprema Corte de Justicia ratificó la suspensión en 2024, invalidando decretos que reconocían la tauromaquia como patrimonio cultural.

Históricamente, Benito Juárez prohibió las corridas en 1867, y Venustiano Carranza reiteró la medida en 1916. Aunque ambas disposiciones fueron revertidas posteriormente, marcan antecedentes relevantes en el debate jurídico.

Encuestas recientes indican que más del 70% de los mexicanos está a favor de prohibir las corridas de toros. En los últimos años, se han realizado marchas multitudinarias en CDMX, Guadalajara, Monterrey y otras ciudades. Activistas, artistas, académicos y legisladores han exigido su abolición definitiva.

El Partido Verde Ecologista de México ha impulsado reformas legales en favor del bienestar animal, enfrentando oposición de empresarios taurinos y sectores conservadores.

La tauromaquia en México se encuentra en una encrucijada histórica. A 496 años de su introducción, el debate ya no gira únicamente en torno a la tradición o el arte, sino a la ética, la legalidad y el cambio cultural. Mientras algunos defienden su valor patrimonial, otros exigen su abolición como símbolo de crueldad institucionalizada.

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