
Las algas diatomeas se deslizan sobre el hielo de icebergs y establecen un récord de temperatura para la movilidad en una célula eucariota
Si se extrae un núcleo de hielo de los bordes exteriores del casquete polar ártico, se podría observar lo que parece una tenue línea de tierra. Se trata de diatomeas: algas unicelulares con paredes exteriores de cristal. Su presencia en el hielo no es nueva, pero como parecían atrapadas y latentes, pocos se molestaron en estudiarlas.
Investigadores de la Universidad de Stanford revelaron que las diatomeas árticas no están inmóviles ni sepultadas. No solo sobreviven, sino que se deslizan. “Las diatomeas son tan activas como podemos imaginar hasta que las temperaturas caen hasta -15 °C, lo cual es sumamente sorprendente”, afirmó Manu Prakash , profesor asociado de bioingeniería en las Facultades de Ingeniería y Medicina y autor principal del artículo. Esta temperatura es la más baja jamás registrada para el movimiento de una célula eucariota (el tipo de células complejas que forman plantas, animales, hongos y más, que se definen por tener un núcleo dentro de una membrana).
“Se puede ver a las diatomeas deslizándose, como si patinaran sobre el hielo”, afirmó Qing Zhang, coautora e investigadora postdoctoral de Stanford, quien recolectó las muestras durante una expedición de investigación en el Ártico. Ella y sus colegas demostraron no solo la movilidad a temperaturas tan bajas, sino también que su deslizamiento —o patinaje— depende de una combinación de moco y motores moleculares.