Los metales de alta temperatura son esenciales para impulsar motores de aeronaves, turbinas de gas, sistemas de rayos X y otras tecnologías avanzadas. Entre los más resistentes al calor se encuentran los metales refractarios como el tungsteno, el molibdeno y el cromo, todos con puntos de fusión cercanos o superiores a los 2000 grados Celsius (~3600 grados Fahrenheit).
Científicos del Instituto de Tecnología de Karlsruher, en Alemania, han desarrollado una aleación de cromo, molibdeno y silicio que soporta temperaturas extremas, manteniendo su dúctilidad y resistencia a la oxidación. Podría reemplazar a las superaleaciones de níquel, cuya temperatura está limitada a unos 1100 °C. El nuevo material podría aumentar considerablemente la eficiencia de las turbinas y los motores, lo que representa un gran avance hacia sistemas energéticos más limpios y potentes.
Dentro del grupo de formación en investigación «Materiales compuestos a partir de materiales compuestos para aplicaciones en condiciones extremas» (MatCom-ComMat) de la Fundación Alemana de Investigación (DFG), el equipo desarrolló una novedosa aleación que combina cromo, molibdeno y silicio. Este material refractario a base de metal, en cuyo descubrimiento el Dr. Alexander Kauffmann, actualmente profesor de la Universidad del Ruhr en Bochum, desempeñó un papel fundamental, exhibe propiedades nunca antes vistas.
«Es dúctil a temperatura ambiente, su punto de fusión alcanza los 2000 grados Celsius y, a diferencia de las aleaciones refractarias conocidas hasta la fecha, se oxida lentamente, incluso en el rango crítico de temperatura. Esto alimenta la visión de poder fabricar componentes aptos para temperaturas de funcionamiento considerablemente superiores a los 1100 grados Celsius. Por lo tanto, el resultado de nuestra investigación tiene el potencial de dar un verdadero salto tecnológico», afirma Kauffmann.

