
México es el mayor consumidor de gas LP para uso doméstico en el mundo: Barnes de Castro.
El ex rector de la UNAM, Francisco Barnés de Castro, afirmó que México es el mayor consumidor de gas LP para uso doméstico en el mundo. Además, 30 por ciento de las viviendas en localidades con menos de 50 mil habitantes usan leña como combustible.
“Si vamos a descarbonizar el país, las enormes áreas de oportunidad están en Petróleos Mexicanos y en dejar de usar combustóleo en la generación de energía eléctrica”.
Propuso acelerar la entrada de energías limpias para otorgar la “capacidad en firme” que demanda el sector en su operación, pues de no ser así el gas natural seguirá dominando la matriz energética por bastantes años más, “es indispensable contar con un plan nacional de transición energética” que incluya:
Una visión de largo plazo para transitar hacia una matriz energética sustentable; las acciones para incrementar la eficiencia en las operaciones de generación de hidrocarburos; y las estrategias encaminadas a reducir nuestra dependencia del gas natural, problemas que deberemos enfrentar en los próximos años.
Y eliminar el tabú del uso de energía nuclear y poner a las centrales en esta materia como estrategia nacional para remplazar el gas natural en el ámbito eléctrico, donde aumentará la demanda incluso por el cambio del transporte de gasolina a electrificado.
Aseguró que más de la mitad de la energía que consumimos en México se utiliza para producción de petróleo y gas, su procesamiento y para la generación de energía eléctrica; es ahí donde existen las mayores oportunidades para reducir ese uso y plantear estrategias, a fin de transitar hacia las más limpias.
Al participar en la Magna Celebración 100 años de la enseñanza, innovación y excelencia de la Ingeniería Química en México, el también exdirector de la Facultad de Química (FQ) y exsecretario General de esta casa de estudios, señaló que 85 por ciento del consumo de combustibles líquidos se registra en el transporte, por lo que sugirió impulsar el transporte público en lugar del privado; el primero, aun siendo ineficiente, es menos demandante y contaminante que el conjunto de automóviles que reemplazaría.