
Para Contar
¿Qué pasa en el Senado?
Arturo Zárate Vite
Gracias a la sabiduría del constituyente de 1824, lo que haga mal la cámara de origen lo puede corregir la cámara revisora.
Es lo que va a pasar ahora con la reforma a la ley de amparo, a la que el Senado le agregó de última hora un artículo transitorio que, en vez de perfeccionar la iniciativa presidencial, hizo lo contrario.
Tiene remedio, no es la primera vez que hay desatinos en el trabajo legislativo, en ocasiones el error ha sido de la Cámara de Diputados como cámara de origen (la que recibe la propuesta) y el Senado ha reparado lo errado.
Sin embargo, lo que sucedió esta vez en el Senado no tiene precedente, algo que estaba bien lo echó a perder.
¿Quién tuvo la culpa?
¿Adán Augusto en su papel de coordinador? ¿El senador Manuel Huerta Ladrón de Guevara porque presentó de última hora un artículo transitorio que avivó temores y desató polémica?
¿Los senadores supuestamente mal aconsejados desde la oficina de la consejería jurídica de la presidencia?
¿Javier Corral y Enrique Inzunza quienes, a pesar de darse cuenta del desatino, poco hicieron para evitar que se aprobara en la sesión plenaria?
¿Senadores que tampoco pareció importarles las alertas sobre los riesgos del transitorio?
¿La oposición que todo ve mal?
¿Quién fue el culpable?
Como siempre en la política, todos y todas a lavarse las manos y a echarle la culpa a la Fuente Ovejuna.
El hecho es que la mayoría en el Senado aprobó un artículo transitorio que contradice el artículo 14 de la Constitución. Medio mundo se quedó con esa impresión, incluyendo a los que despachan en Palacio Nacional.
La propia presidenta Claudia Sheinbaum les recordó a los legisladores que ninguna ley puede ser retroactiva.
Ahora la corrección la tendrá que hacer la Cámara de Diputados en su papel de cámara revisora.
Seguro que los imperfectos aprenderán la lección, no pueden ni deben darse el lujo de equivocarse de esa manera, porque se exhibe toda la bancada, quedan mal con la autora de la iniciativa.
En el supuesto de que alguien hubiera actuado por desidia, mala fe o por ignorancia, tampoco habría disculpa para los demás.
Por eso la importancia de tener asesores de peso, dentro o fuera de la cámara, para que cuando surja alguna duda técnica o las opiniones estén divididas, se imponga la voz de los que saben.
Lo más fácil es echarle la culpa al coordinador o al que presentó la propuesta en el último momento, nada más que para aprobar un dictamen se requiere mucho más que dos votos.
Cierto que el coordinador pudiera estar abrumado con el asunto de Tabasco y la famosa banda delictiva “La Barredora”, sobre todo con la campaña mediática que le han orquestado a fin de orillar a que deje su cargo o solicite licencia. Por la forma en que ha reaccionado Adán Augusto y se ha visto en las conferencias de prensa, sereno y con respuestas para aclarar lo que sea necesario, lo más probable es que sus detractores pierdan la apuesta.
Así que más le vale a todos y todas las integrantes de la bancada ponerse las pilas para no dejar pasar nada que termine por hacerle el juego a la oposición o impactar en el proyecto de la 4T.
Y si el problema obedece a “fuego amigo”, como lo puede haber en cualquier grupo político por envidia o intereses personales, lo más conveniente es detectarlo y corregirlo.
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