
Redadas migratorias en California agravan violencia estructural contra jornaleras migrantes
Las recientes redadas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en zonas agrícolas de California han intensificado la violencia estructural que enfrentan miles de jornaleras migrantes, según denuncias de organizaciones civiles y activistas.
Desde el 6 de junio, operativos sorpresa se han desplegado en campos de cultivo, viviendas, escuelas y espacios públicos, con el objetivo de detener y deportar a personas sin autorización legal. En el caso de las mujeres jornaleras, esta persecución se suma a condiciones laborales precarias, discriminación por género y origen étnico, y la constante amenaza de separación familiar.
La redada más violenta ocurrió el 10 de julio en Glass House Farms, en Camarillo, donde el trabajador mexicano Jaime Alanís murió tras caer de un invernadero mientras intentaba huir de agentes federales. Este hecho detonó una huelga de 72 horas en los campos agrícolas, denominada “Huelga por la Dignidad”, que paralizó cultivos en Santa Bárbara, Ventura y Oxnard.
Activistas como Margarita Cruz, vocera de Mujeres en Defensa de la Mujer, advierten que muchas jornaleras han dejado de salir de sus hogares por miedo a ser detenidas, mientras que empresas han reducido la contratación de mujeres con visas laborales, profundizando su exclusión económica.
Organizaciones como United Farm Workers (UFW) y la ciudad de Los Ángeles lograron un fallo judicial que prohíbe redadas basadas en perfil racial y garantiza acceso a abogados para los detenidos. Sin embargo, el clima de temor persiste, afectando la producción agrícola y la estabilidad de comunidades enteras.
La presidenta Claudia Sheinbaum anunció que México evalúa presentar una denuncia legal en EE.UU. por la muerte de Alanís y reforzar la asistencia consular a migrantes afectados.